Blas Piñar que tuvo la oportunidad de escuchar a José Antonio, que entró en la Falange clandestina durante la guerra en el Madrid frentepopulista, que fue miembro del SEU al acabar la contienda, debe ser considerado como uno de los relativamente escasos continuadores ideológicos de José Antonio, pero a la vez un político moderno al que se ha vinculado más con la defensa del frnquismo durante la Transición, y de su oposición a algunas propuestas de l nueva Constitución de 1978 que ponían en riesgo la desmembración de España, que con su verdadera vocación transfomadora de España, proyecto que no pudo siquiera iniciar desde Fuerza Nueva, un partido casi simbólico durante los años posteriores al fallecimiento de Francisco Franco.
Y con motivo de ilustrar sobre su figura han aparecido en SND Editores dos importantes libros del historiador Francisco Torres García acerca de la figura de las Piñar: "Blas PIñar. Por mi fidlidad a Franco", y "Dadme una camisa azul. José Antonio Poeta y Capitán".
Entrar en la biografía de Blas Piñar, como se hace en esta obra, es penetrar en la historia reciente de España a contracorriente del discurso histórico políticamente correcto. Alguien lo definió como «el último franquista». Entre otras razones porque mantuvo, a lo largo de su vida pública, una inquebrantable lealtad a la figura y la obra de Francisco Franco, lo que no impli- caba estar en sintonía con los gobiernos del Generalísimo o evitar enfrentarse a ellos. La suya fue siempre una lealtad crítica. Escritos y discursos, reproducidos en esta obra, abren al lector la visión de Franco, como símbolo, difundida por Piñar. Es también la historia del precio a pagar por esa fidelidad a lo largo de 70 años de vida pública.
En "Dadme una camisa azul. José Antonio Poeta y Capitán", se demuestra que una parte importante del discurso de Blas PIñar se asienta en unos conceptos joseantonianos que, en ocasiones, amplía y precisa. En la construcción de su discurso, consideró que el pensamiento de Primo de Rivera, también el de Ramiro, había sido un eslabón importante en la actualización de lo que él denominó la "doctrina nacional". Concrección ideológico sobre la que asentó un discurso dinámico capaz de separar lo puramente coyuntural de lo permanente.
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