Por su denodado interés publicamos a continuación la Carta que un ciudadano taiwanés residente en España ha enviado a nuestro Director, y que nos complacemos en publicar.
Estimado Señor Director,
Cuando parece que comenzamos a ver la luz al final de túnel de la covid-19 y en España dejamos por fin atrás el uso de la mascarilla, bien está acordarnos ahora de que cuando aquí sufríamos por su escasez incluso entre el personal sanitario al principio de la pandemia, Taiwán, uno de los principales productores mundiales de este producto, donaba 54 millones de mascarillas quirúrgicas a más de 80 países, medio millón a España. Conviene no olvidarse tampoco de que las capacidades médicas y profesionales de Taiwán han sido ampliamente reconocidas por la comunidad internacional. Y que mientras el resto del mundo sufría enormes pérdidas humanas, Taiwán, con poco más de 1.000 fallecidos desde el inicio de la pandemia, mantenía el virus bajo control y ofrecía al mundo su ejemplo de gestión basado en experiencia, rapidez de respuesta, uso de tecnología moderna, transparencia y colaboración ciudadana.
Recordar, por último, que ya en diciembre de 2019 Taiwán fue el primero en detectar y notificar una neumonía de origen desconocido que se estaba propagando en China, y fue la primera fuente de información importante que obtuvo la Organización Mundial de la Salud (OMS) referente al brote de la epidemia.
Aun así, a día de hoy la OMS, encargada de velar por el desarrollo de la salud pública global, y que celebra la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) este mes de mayo, sigue excluyendo a Taiwán debido a la presión de China. Quisiera aprovechar estas líneas para recordar también esta injusta situación, pedir a la OMS que rechace las interferencias políticas inapropiadas e invite a Taiwán a participar en su Asamblea en calidad de observador, no solo por el bien de los 23,5 millones de habitantes de Taiwán, sino también de toda la salud mundial y para, como dice su lema, “no dejar a nadie atrás”.