El mercado es cada vez más competitivo y exige nuevas acciones más ambiciosas. La digitalización que rodea a nuestra vidas, pues somos incapaces de alejarnos de la conexión constante, precisa de más herramientas de captación de clientes vía online. En este escenario es donde el marketing digital se convierte en indispensable para los despachos de abogados.
¿Por qué es importante el marketing digital para los bufetes de abogados?
El experto en marketing digital y redes sociales Jonathan Lluch incide en la importancia del marketing para abogados. Este profesional se ha labrado una buena reputación gracias a la aplicación de técnicas exitosas dentro de la mercadotecnia, pero adaptándolas al sector jurídico.
En una profesión, o un ámbito, el jurídico, tan arraigado a las costumbres y las tradiciones, mucha gente cree todavía que incorporar estas técnicas novedosas es algo prescindible. Y ahí radica el primer error, el marketing digital ya no es una disciplina novedosa, sino que es un sector ampliamente integrado en la sociedad.
De hecho, la propia estrategia de colocar una placa en el portal anunciando servicios legales es una forma de hacer marketing, en este caso offline. Si atravesamos la barrera hacia el mundo online, es importante detallar primero los objetivos, fijar cuál es la estrategia a seguir, y a partir de ahí, sacar el máximo partido posible de todas las técnicas disponibles.
¿Cómo puede ayudar el marketing digital al sector legal y jurídico?
El proceso de digitalización o transformación digital que ha vivido la sociedad en los últimos años se ha acelerado enormemente durante la pandemia. Sin embargo, este fenómeno ya se venía produciendo tiempo atrás.
Las empresas, los autónomos y las personas físicas son cada vez más dependientes de la realidad digital. De hecho, muchas empresas en estos dos últimos años han necesitado de procesos legales, por ejemplo para ajustarse a los ERTES.
En los meses más duros de la pandemia muchos trámites legales se realizaban de manera telemática, lo que obligaba a los propios despachos a introducirse en este proceso de digitalización.
Desde el otro lado, los demandantes de asistencia legal o jurídica, encuentran en internet un buen canal para localizar a los despachos más interesantes. Esto implica un trabajo extra de posicionamiento por parte de los bufetes. Las estrategias SEO o las campañas de pago con Google Ads son claves para aparecer entre los primeros resultados de búsqueda en las consultas de los clientes.
Junto a esta fórmula se suman otras que son igualmente relevantes y que también forman parte del marketing para despachos de abogados, como el diseño de páginas web que sean accesibles, intuitivas y muy claras para los usuarios de internet, contenido de calidad y aclaratorio, acercando el rebuscado lenguaje jurídico a una comprensión más cercana, y por supuesto, el acertado uso de redes sociales
Las redes y el email marketing son técnicas que obtienen un elevado retorno de la inversión, pero para ello hay que utilizarlas de manera adecuada. Jonathan Lluch insiste en trabajar de manera correcta todas estas técnicas, pues poco sentido tiene ser un bufete muy prestigioso y profesional si no se tiene la capacidad de llegar a los clientes.
¿Hacia dónde camina el marketing digital y la comunicación en el sector legal?
Las estrategias citadas son las más comunes para promocionar el sector legal y jurídico a través de internet. No obstante, en relación con el marketing conviene diferenciar entre marketing jurídico y branding jurídico.
El primer concepto se relaciona con la gestión del mercado, pero el segundo se ocupa de la gestión de los despachos como marcas. En este segundo principio es en el que hay que trabajar con más incidencia. Para ello el marketing de contenidos es esencial.
El formato vídeo ha pasado a ser un elemento imprescindible, pues permite una comunicación más fluido entre abogados y clientes. Cada vez es más común que los abogados se promocionen a través de canales de YouTube, hagan directos en redes sociales o compartan sus vídeos en todo tipo de plataformas.
Esto va siempre acompañado de un uso inteligente de las redes sociales, que ayudan a hacer networking, desarrollar la marca y mejorar la reputación online. Finalmente, no hay que dejar de lado una estrategia comunicativa que sea atractiva para los clientes, accesible, alejándose lo más posible del complicado lenguaje jurídico. Y todo ello, sin restar profesionalidad al sector.