www.elmundofinanciero.com

CARTA DEL PRESIDENTE

El desacato perpetuo de la Generalidad y la cobardía culposa de Moncloa

El desacato perpetuo de la Generalidad y la cobardía culposa de Moncloa
Ampliar

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

domingo 05 de junio de 2022, 08:47h

Ha sido una constante: la actitud total y visceral, ciega, de rebeldía, de desobediencia, de atentado de los voceros y palanganeros del separatismo catalán -de todos sus dirigentes sin excepción- contra la división de poderes, contra la democracia, contra la Constitución española y contra la legalidad vigente, incluidas las agresiones sin paliativos a las instituciones del Estado. Y aun así, a pesar de la tenacidad y el salvajismo, a pesar del embrutecimiento y la prevaricación sin paréntesis de los nacionalistas catalanes, jamás España ha tenido un gobierno -de ningún signo ni personas a su frente- que lo haya frenado. Y ése es el problema.

La penúltima, la negativa total de los independentistas a cumplir con la resolución judicial, con el pronunciamiento que obliga a facilitar un 25% al menos de la educación en español, se lleva a cabo a sabiendas de que saldrá gratis a quienes de manera repugnante la promueven.

Odian la libertad, odian la convivencia, viven de espaldas al uso de razón… pero prosiguen su camino loco porque descuentan la cobardía irresponsable, negligente, culposa del gobierno de España, que ni actúa como tal ni se le espera.

Y así, es decepcionante no sólo que el tipo que ha relevado a Puigdemont y a otros de la misma calaña vaya a quedar impune, sino que lo vaya a hacer el primer responsable en nuestro país de cumplir y hacer cumplir la ley: sin favoritismos, sin dobles raseros, con vergüenza torera, sin pobreza de espíritu ni miseria moral.

El hecho de que España vaya paso a paso convirtiéndose en muchos aspectos de su política, y en elementos puramente institucionales, en un país atrasado deriva de eso: de la inexistencia del imperio de la ley, de la falta de herramientas (¡y de voluntad!) para reaccionar de los ciudadanos que son atropellados y aplastados por estos botarates con barretina. Una y otra vez.

Cuando no hay poderes en el Estado que combatan estas formas penosas de corrupción, que neutralicen y procedan contra estos delitos y quienes con extrema vileza los impulsan, ese Estado no es merecedor de tal nombre. Porque ni está presente, ni se hace efectivo, ni garantiza la prevalencia de las normas fundamentales en una parte de su territorio.

No sólo eso. Más allá de la ruindad del gobierno de nación en su timorata y pusilánime actitud, una parte de la responsabilidad, no menor, recae sobre una oposición que viene y va, pero que ni defiende, ni ataca... ni anota.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios