Fuentes de la clínica CEME, que sostienen en todo momento el trato humano, profesional y adecuado en todo el proceso, han expresado su deseo de que la infección se supere totalmente, más cuando inciden en que no fue contraída en la intervención ni en las horas que estuvo ingresada.
En este sentido, subrayan que ha quedado demostrado que en la operación el doctor ahora investigado no perforó a la paciente, y que el tipo de bacteria que le causó la septicemia no es compatible con una mala praxis médica por parte del centro, con una larga trayectoria de experiencia y casos de éxito. Aún más: se confía por parte de los facultativos en que, lo antes posible, se elabore un informe forense que determine el origen de esa infección.
Desde CEME se abunda en que Silvia salió contenta de la clínica y cuando llamó para decir que se encontraba mal se le dio cita al día siguiente en el hospital en el que estaba el médico que la había operado, quien la tuvo en observación durante once horas y le dio el alta tras hacerle varias pruebas y comprobar que ya no tenía fiebre.