Fuentes bien informadas, sostienen que el dirigente blanco, derrotado en su propósito deportivo en el fichaje de la estrella del PSG, seguiría -ya en el plano empresarial- estando interesado en debilitar la fortaleza de una gran empresa española, buscando una multinacional que pudiera asumir ese titánico reto.
Ese interés seguiría vivo, no ya en los tribunales – como ha ocurrido con algunos de sus competidores en España- sino que se manifestaría en operaciones de lobby.
Los intentos de Pérez de “asaltar” empresarialmente a sus competidores ha recibido incluso el reproche de los tribunales. Un Juzgado Mercantil de Madrid, en abril de este año, ya le condenó por denigrar a un adversario y por competencia desleal.
El tiempo despejará ese horizonte.