Parece que los días de ensueño para el euro han terminado. Tras haber sido testigos de un fortalecimiento desde el pasado 29 de septiembre, donde incluso tuvo la oportunidad de romper la paridad el martes, parece evidente que el euro está por ahora lejos de conseguir tal logro a menos que los riesgos derivados de la incerteza energética para el invierno comiencen a disiparse. En la sesión de ayer, la moneda única registró una depreciación del 1.38% frente al dólar, al volver la presión sobre el entorno de riesgo de los activos cruzados desde el espacio de los tipos estadounidenses. Hoy, dada la alta sensibilidad del euro a la evolución de los tipos de interés en EE.UU., la publicación de los datos de las nóminas no agrícolas resulta fundamental para la trayectoria implícita del mercado para la Reserva Federal, lo que se ha reflejado en un aumento de los costes de las coberturas a un día. Sin embargo, la publicación de las actas de la reunión de septiembre del BCE, sugieren que el consenso entre los miembros del Consejo de Gobierno sigue siendo una senda de política monetaria dura a corto plazo, pese a que no hay unanimidad y se han mostrado algunas voces a favor de una senda más blanda.
Afortunadamente, los mercados no necesitan gasolina para sus movimientos, de lo contrario, el viaje de vuelta de esta semana al lugar donde empezamos el lunes habría salido caro, como poco. Después de que durante los dos primeros días de esta semana los inversores mostraran un repunte de la predisposición al riesgo y de que la emoción del momento llevara a muchos a decir que habíamos llegado al punto álgido del posicionamiento restrictivo de la Fed dado que los datos comienzan ahora a cambiar, la evolución de los precios durante los últimos dos días se ha centrado en gran medida en revertir esos movimientos iniciales. Los datos más sólidos de servicios del ISM y de empleo del ADP del miércoles y unas demandas iniciales de desempleo aún en niveles reducidos ayer han provocado que los halcones en el segmento de los tipos estadounidenses vuelvan a ganar terreno frente a las palomas. Qué vertiente terminará ganando esta semana depende ahora en gran medida de la publicación del informe salarial hoy a las 14:30 CET, y dado que hemos visto una escasa mejora en la tasa de participación hasta la fecha y el informe salarial ha superado en gran medida las expectativas en los últimos seis meses, apostamos por una mayor subida del dólar según nos acercamos al fin de semana debido a expectativa de una política más restrictiva de la Fed en los mercados. Ello también estaría en línea con las últimas comunicaciones de la Fed, que ayer emitió muchas. Todos los miembros apoyaron subidas de tipos adicionales para el próximo año, o al menos los mercados se han creído esta previsión, por el momento.
La libra siguió registrando un rendimiento inferior al de las monedas del G10 ayer, con unas pérdidas del 1,45% durante la jornada que llevaron al par GBPUSD al nivel de apertura del lunes. El reciente comportamiento inferior de la libra esterlina puede observarse en los pares de GBP, y el par GBPEUR es el punto de partida más obvio dada su liquidez más elevada. Frente a la moneda única, que también se ve afectada por las precarias perspectivas energéticas, la libra ha registrado tres días consecutivos de pérdidas que suman más de un punto porcentual. La situación de la libra en las posiciones inferiores del tablero de divisas del G10 continúa hoy, dado que el mercado se ha posicionado en el dólar de cara a un informe de salarios de mayor solidez. Solo el dólar neozelandés, que es la segunda moneda del G10 con mejor desempeño frente al dólar esta semana, muestra mayores pérdidas.
Si bien no estaba directamente relacionada con la evolución de la GBP de ayer, la carta del Banco de Inglaterra al comité del Tesoro atrajo mucha atención del mercado. En la carta, el vicegobernador John Cunliffe explicó la justificación de las últimas medidas de emergencia del Banco de Inglaterra en el mercado de bonos británicos a más largo plazo. Con una estimación de 50.000 millones de libras esterlinas en bonos británicos a más largo plazo listos para venderse por los fondos de pensiones con el fin de cumplir los requisitos de márgenes, y dado que estas ventas tendrán lugar en un mercado sumamente ilíquido con unos movimientos medios de 12.000 millones de libras al día, el Banco consideró necesario ser el comprador de último recurso. Si bien esto ha relajado las condiciones a corto plazo, el respaldo por valor de 65.000 millones de libras del Banco a este mercado expirará a finales de la próxima semana y las ventas activas de bonos británicos comenzarán a principios de noviembre. Siguen existiendo grandes preocupaciones en los mercados sobre la posibilidad de que ello agrave la elevada volatilidad presente en los mercados de activos del Reino Unido, lo que podría causar una mayor disfunción en la GBP a medida que los flujos de capital se intensifiquen y la aplicación de medidas de emergencia por parte del Banco de Inglaterra vuelvan a estar sobre la mesa.