Hablamos de modelos no de destinos y si bien aparentemente este modelo de máxima rentabilidad se asocia al sol y playa vacacional, lo cierto es que existe también en los demás entornos
Y este tipo de modelo no se ciñe a los destinos de sol y playa sino que incluye las zonas rurales y naturales, así como los núcleos urbanos o ciudades-destino, porque hablamos de modelos no de destinos y si bien aparentemente este modelo de máxima rentabilidad se asocia al sol y playa vacacional, lo cierto es que existe también en los demás entornos, no con un mismo impacto en términos absolutos pero igual o incluso mucho peor en términos relativos, ya que estos otros territorios no están planificados para acoger y gestionar estos flujos de turistas, que en muchas ocasiones multiplican por 10 o 20 su población.
En general se puede afirmar que la mayoría de la comunidad anfitriona, es decir la sociedad, no percibe impactos positivos, ni de tipo económico, ambientales, ni mucho menos sociales, por lo que conlleva una respuesta negativa frente a los turistas (turistofobia) y finalmente hacia el turismo como fenómeno (turismofobia).
…es hora de replantearse los modelos turísticos y decidir si se piensa mas allá del ahora y se plantea el turismo como una actividad económica sostenible, es decir a medio y largo plazo o se sigue con el modelo actual
Llevamos años por no decir décadas hablando de sostenibilidad en el turismo y apenas se ha avanzado mucho, porque entre otras cosas el juego de oferta y demanda hace que el green-washing siga vivo porque todavía, sea rentable ya que existen muchos factores externos no controlables (guerras, cambio climático, crisis económica, etc.) que están minimizando relativamente los daños ambientales y sociales provocados por la actividad turística.
Entonces es hora de replantearse los modelos turísticos y decidir si se piensa mas allá del ahora y se plantea el turismo como una actividad económica sostenible, es decir a medio y largo plazo o se sigue con el modelo actual, pero mientras ocurre esta necesaria transición, por no decir paradigma, debería pensarse en reconvertir el turismo en un factor positivo que es capaz de regenerar el entorno natural y social, tanto a nivel de empresa, administración pública, destino y su hinterland, para luego aplicar la sostenibilidad y tener éxito de forma competitiva.
Por tanto podemos afirmar que existen otros modelos de gestión turística de los destinos, que se basan en la regeneración del entorno en el cual basan su actividad productiva y conllevan una visión claramente sostenible, donde la rentabilidad es económica, social y ambiental, no solo monetaria.