Un escenario salpicado por algunas variables tan influyentes como la subida generalizada de los precios y los desencuentros geopolíticos a nivel europeo está provocando que el derrotismo se instaure en los consejos de administración. Esto es, entre otras cosas, lo que concluye la última Encuesta Mundial de CEO realizada por la consultora Price Waterhouse Coopers (PwC), donde se deja claro que el setenta y seis por ciento de los directivos considera que el rendimiento económico descenderá a lo largo de 2023.
El documento, que además fue presentado en el foro de Davos, deja cifras muy alejadas de las que se registraron en la consulta del curso anterior. Por aquel entonces, tan sólo un once por ciento de los directores ejecutivos vaticinaba para ese ejercicio un deterioro económico en el tejido empresarial. La opinión no sólo ha cambiado en España, sino que también lo ha hecho en el resto del mundo, donde siete de cada diez encuestados entiende que el tropiezo ya ha comenzado a cocinarse y que mostrará su peor cara en los próximos meses.
Según los datos ofrecidos por PwC, el pesimismo que abrazan a día de hoy las ejecutivas de las grandes compañías es el mayor de la última docena de años, que además choca frontalmente con la esperanza que se respiraba en 2021, un momento en el que todo apuntaba hacia la escalada económica. En este sentido, cabe destacar que la encuesta recoge las sensaciones de más de cuatro mil directivos de ciento cinco países, por lo que el grado de representatividad es bastante alto.
El informe de PwC incide de igual modo en el panorama de incertidumbre que está viviendo la mayor parte del Grupo de los Siete como consecuencia de la recesión energética. Es justo este el motivo que manejan sus empresarios para pensar que las economías de sus respectivos países sufrirán un desgaste más pronunciado, en comparación con lo que ocurra a nivel internacional.
El desglose por naciones deja números de verdadera desconfianza: el noventa y cuatro por ciento de los CEO en Alemania se prepara para una crisis en 2023, mientras que en lugares como Reino Unido y Francia estas cifras alcanzan respectivamente el ochenta y cuatro y el setenta por ciento. En la cara opuesta están los directivos de Estados Unidos, China, India o Brasil, que se muestran optimistas con el rumbo de esta temporada.
Preocupa la ciberseguridad
Otro de los aspectos que cobra una especial relevancia en este estudio es ver cómo la inflación y los conflictos geopolíticos despiertan entre las compañías tanta preocupación como la piratería informática y la salud, que vienen siendo desde hace un año los elementos que mayor intranquilidad generan. No en vano, esto se ve reflejado en los testimonios de los CEO españoles encuestados, que aseguran que intensificarán sus inversiones para este año en parcelas como la ciberseguridad, cuyo presupuesto aumentará en un cuarenta y ocho por ciento.
Este último ajuste se produce sobre todo porque España se ha convertido, según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), en el tercer país del mundo que más ataques recibe en sus empresas, sólo por detrás de Turquía y Japón. La fórmula que se está poniendo en marcha para detener esta situación pasa por ampliar el gasto en modelos de software especialmente avanzados, similares a los de las entidades bancarias y las plataformas de juegos de azar, que son los grandes referentes en la materia.
Sin ir más lejos, los portales web de los neobancos se han especializado en cifrar la información financiera de sus clientes para que esta no quede a la vista de terceras personas. La herramienta que usan para ello se denomina certificado TLS (Transport layer security), que se ocupa de encriptar los números de cuenta y las claves privadas que viajan hasta el servidor.
Las empresas también han puesto el foco sobre la industria del juego que opera vía internet, y es que entre los casinos online seguros ya es frecuente disponer de tecnología específica que sirve para ponerle freno a los delitos de suplantación de identidad. En este caso, las salas virtuales de ruleta o de máquinas tragamonedas suelen incorporar el denominado sistema KYC (Know your customer). Se trata de un protocolo de verificación de perfiles cuya tarea es la de comprobar telemáticamente que los jugadores que intentan acceder a una cuenta son, en efecto, sus propietarios.
Por otra parte, la encuesta hace hincapié en la prudencia que muestran los directivos tras el impacto de un contexto tan desfavorable como el actual. Seis de cada diez encuestados declara no tener en mente una reducción de plantilla, mientras que ocho de cada diez tampoco considera que sea el momento de rebajar el salario de sus trabajadores. Todos ellos creen que el remedio está más en la evolución de sus negocios, que necesitan recortar costes, aumentar la productividad y buscar otros canales de ingresos. A pesar de la receta, el sesenta y cuatro por ciento de las empresas españolas no confía en alcanzar el nivel de facturación previsto para este año.