Vamos que el efecto Silicon Valley Bank, el Signature y el First National Bank, es solo la punta del iceberg de la que se puede liar en Estados Unidos, como varios de estos bancos regionales empiecen a anunciar problemas.
Me decía por teléfono ayer, cuando comenté este tema con un experto en finanzas, que Estados Unidos va a tener una reestructuración de su banca regional, como la que tuvimos en España con las Cajas de Ahorro, que dependían de la Comunidades Autónomas y que en Estados Unidos van a tener que hacer una limpia/fusión como la que ya padecimos nosotros durante la crisis del 2008 al 2013.
Es más, para Lisa Shalett, la crisis que se avecina va a ser algo peor que la “Gran Crisis” del 2008.
Ante esta situación, lo primero que se me ha ocurrido, es ver como se encuentra preparada la banca española y he ido a por los datos de Dudoso Cobro que publica mensualmente el Banco de España y revisar la serie histórica.
El peor momento para la banca española fue en enero de 2014, que llegó a presentar en sus balances una posición de 202.608 millones de euros, cuando en enero de 2008 su posición era de 19.326 millones.
En solo 6 años la banca española incrementó la posición de deudas de sus clientes que pensaba que no iba a cobrar en 183.372 millones de euros, que fue lo que se llevó por delante a todas las Cajas de Ahorro gestionadas por políticos.
Y a partir de aquí lo que he sacado es la evolución que han tenido las instituciones financieras españolas, desde que Mario Draghi desde el Banco Central Europeo puso en marcha el Mecanismo Único de Supervisión a todas las entidades financieras pertenecientes a la Unión Monetaria.
Desde entonces, el sistema financiero español, bien por presión del BCE, bien por decisión propia o quizás por un conjunto de las dos parece que ha hecho su trabajo.
Como decíamos en enero de 2014 se llegó al máximo histórico de tener en el balance 202.608 millones de dudoso cobro.
A partir de ahí se entró en una carrera muy importante de limpiar los balances y en enero de 2015, se llegó a bajar la cifra en 25.388 millones, en 2016, se consiguen bajar 38.827 millones, lo que significa que, en dos años, todas las instituciones financieras limpian de sus balances 64.215 millones.
A partir del 2017 siguen limpiándose los balances y las cuentas de pérdidas y ganancias de la banca española, aunque ya no a la misma velocidad y en ese año se quitan otros 17.595 millones, quedando los balances en enero del 2018 con 100.902.
Pero la presión del BCE continua hasta el cierre del 2020, con bajadas de 27.850 millones en 2019 y 13.268 en 2020, partiendo de un dudoso cobro en enero de 2020 de 59.784 millones.
En 2021 y 2022, la bonanza de los tipos de interés no ha hecho que la banca española se vuelva loca y se ponga a financiar proyectos y así llegamos a enero de 2023 con un dudoso cobro de 45.234 millones y durante 2022 se han vuelto a limpiar del balance 9.377 millones.
El sistema financiero español ha sido capaz de limpiar y quitar 157.374 millones de euro en los últimos 9 años, como he dicho antes, o por voluntad propia o por presión a través del Mecanismo de Supervisión del BCE.
Escribí hace unos meses un artículo en el que decía que la UE le debía mucho a un hombre, el italiano Mario Draghi, que en un momento determinado tuvo el valor de salvar el euro y a partir de ahí montó desde el BCE un sistema que iba permitir poner a la Banca Europea por delante de la de los Estados Unidos.
Hoy, sin lugar a duda, la Banca Española está mucho más saneada que hace nueve años en una parte de sus balances muy importante como son las deudas pendientes de dudoso cobro y seguro que también en otros muchos de los coeficientes que el BCE les exige.
Si la banca de los Estados Unidos salta por los aires, todos, absolutamente todos, vamos a tener problemas, pero puede que gracias a las medidas tomadas desde 2014, el tsunami financiero sea menor del que sufrimos entre 2008 y 2013.
En España la subida del Euribor ya ha hecho daño y lo vemos en los 9.377 millones que han aumentado la limpieza del dudoso cobro de la banca, pero hoy el balance del 2023 empieza mucho más limpio.
La banca española ha hecho su trabajo y ahora toca esperar que la directora de Inversiones de Morgan Stanley, simplemente, se equivoque.