Todos los residentes en España que sean trabajadores por cuenta propia o ajena que hayan generado ingresos del trabajo de más de 22.000 € durante el año anterior, y que tengan un único pagador deberán hacer la declaración

En el caso de tener más de un pagador cuando por ejemplo cambias de empleo o combinas tu tarea de autónomo con un trabajo a media jornada, la suma del segundo pagador y siguientes no puede superar los 1.500 € anuales, lo que prácticamente hace que todo el mundo tenga que declarar especialmente los autónomos.

Y si trabajas por cuenta ajena o propia y recibes con unos ingresos anuales superiores a los 14.000 € brutos de más de un pagador como en el caso de tener dos empleos, también deberás declarar.

Y por último, aquellos contribuyentes con un rendimiento de capital mobiliario (intereses, bonos, dividendos) o ganancias patrimoniales sometidas a rendimientos o plusvalías (venta de acciones, fondos de inversión o inmuebles) por encima de 1.600 € brutos anuales también declararán.

El consejo principal es que para pagar menos impuestos en la declaración de este año has de haberlo dejado todo listo y planificado a 31 de diciembre del año anterior o será demasiado tarde. La planificación es esencial para pagar menos impuestos pues lo que buscamos es reducir la base imponible para pagar menos impuestos, vamos a ver algunos ejemplos.

Diferir las ganancias, maximizar las pérdidas: Si has realizado varias inversiones y alguna no ha salido bien, puedes ahorrar en la renta. En prácticamente la totalidad de productos de ahorro regulados y en la mayoría de rendimientos de capital mobiliario puedes compensar las pérdidas con ganancias en el IRPF. Al restar lo perdido con lo ganado, tu base imponible se reduce y por tanto pagarás menos.

Por ejemplo, imagina que has perdido dinero en bolsa con una operación pero vas ganando con otras o tienes un fondo en verde, puedes decidir cerrar esa operación negativa para restar ese dinero a lo que hayas ganado con otras acciones o con tu fondo. Incluso podrás restar la pérdida a los dividendos que te han pagado otras acciones.

Hacienda permite compensar ganancias y pérdidas entre sí, lo que puede suponer un ahorro fiscal medio del 20% dependiendo de tu tramo de IRPF.

Deducciones: Tanto a nivel estatal como dentro de tu comunidad autónoma hay una serie de deducciones que te permiten reducir la base imponible y, por tanto, pagar menos impuestos en tu declaración de la renta. A nivel estatal suelen ser relativas a vivienda, familias numerosas, donaciones, educación, cuidado de dependientes o discapacitados o temas relacionados con actividades culturales, deportivas o partidos políticos.

A nivel autonómico la lista es tan amplia que la agencia tributaria ha puesto a disposición del contribuyente un buscador (https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/vivienda-otros-inmuebles/irpf-deducciones-autonomicas.html) para poder consultar las deducciones a nivel autonómico.

Aplicarlas correctamente en muchos casos es la diferencia entre salir a pagar o que salga incluso a devolver, así que hay que saber aprovecharlas a tu favor.

Salario en Especie: El salario en especie es una serie de beneficios que un empleado (o si recibes salario como empleado de tu propia empresa) disfruta pero no en forma de dinero. Las retribuciones en especie más habituales son un seguro médico o de salud, transporte público, vehículo de empresa, acciones o tarjetas de restaurante. Lo máximo que permite la ley es un salario en especie que no supere el 30% del salario total y a pesar de que hay una serie de limitaciones, es una de las maneras más sencillas de pagar menos impuestos disfrutando de la misma calidad de vida.

Una reducción en la cuota imponible gracias al salario en especie, puede significar la diferencia entre pagar un tramo inferior u otro superior en la declaración de la renta, lo que conlleva un ahorro fiscal cercano al 10%.

Opciones offshore: La palabra offshore se podría traducir por simplemente en el extranjero. Esta opción, completamente legal y segura si se hace correctamente es cierto que necesita de un estudio previo y está especialmente pensada para empresarios cuyos negocios tengan clientes en diferentes países del mundo. Con una correcta estructura societaria y declarada de forma correcta en hacienda, se podrían llegar a facturar a los clientes desde diversas empresas de forma legal y reducir el impuesto de sociedades o incluso la renta si el empresario decide mantener parte de sus ganancias en las empresas sin convertirlos en salario gravable por IRPF sin embargo está fuera del alcance de trabajadores y autónomos.