Estos hallazgos, que podrían resultar hasta evidentes o de perogrullo en el análisis de una cultura corporativa y de las dinámicas intrínsecas de una compañía privada, ayudan a entender, probablemente, por qué hay ocasiones en las que el partido político con mayor base social de España, probablemente el Partido Popular, no consigue la conexión con esa base social y, por consiguiente, fracasa en obtener su compromiso para alcanzar el objetivo más importante: que se deposite el voto para alumbrar un ciclo de gobierno y un proyecto político.
Más allá de los dimes y diretes, incluso de las cuchilladas y navajazos PP-VOX de las últimas dos semanas, parece obvio que, tal y como consiguió en su momento Aznar de manera aplastante, e incluso repitió Rajoy, si Feijóo hubiese hecho sus deberes adecuadamente, sus votantes naturales, los de su ‘empresa’ no le habrían fallado, no le habrían abandonado renunciando al ‘compromiso’, no se habrían ‘desconectado’ para pegarse a terceras fuerzas políticas o a ninguna. Y así se explica que bajo las mismas siglas, y en un mismo territorio, ese grado de conexión y compromiso de un mismo ciudadano con Ayuso sea muy superior al que se materializa, malamente, con el gallego.
En modo alguno todos y cada uno de los principios de explicación del éxito o el fracaso de las organizaciones empresariales pueden aplicarse a las organizaciones políticas. No sería prudente que, precisamente la base social natural del PP iniciase una operación de acoso y derribo contra Feijóo hasta cobrarse su cabeza mientras Sánchez y su Frankenstein II se ponen en marcha. Pero sí es imprescindible -una cuestión no sólo de valentía sino de propia supervivencia- que esa base social mande de inmediato un mensaje claro al gallego: sólo habrá conexión y compromiso si hay un cambio de rumbo en el estilo de liderazgo.
Lejos de focalizar en un ángulo que, hoy por hoy, pudiese parecer ventajista, ya era ‘vox populi’ antes del 23J que buena parte de los votantes del PP consideraban que Feijóo había heredado desde el minuto 1 muchos de los vicios de Rajoy que exasperaban precisamente a quienes le votaban; con un matiz importante: aquel, a diferencia de éste, los había hecho propios antes incluso de tocar el poder.
En pocos días empezará a hacerse tarde para iniciar un viraje serio en Génova (liderazgo, estilo, equipo, proyecto). Si en esa casa no son capaces de verlo, entonces si que se desencadenará la cacería. El fuego amigo. En cualquier momento. Y, por supuesto, de la noche a la mañana.