El desarrollo económico de España durante el periodo constitucional es innegable. Sin embargo la evolución política ha tomado desde hace tiempo un camino muy oscuro. La desigualdad entre los españoles, así como la falta de solidaridad se ha acrecentado y, lo que es peor, la unidad de España se resquebraja cada vez más. Los partidos políticos han cometido el grave error de olvidar el artículo 2CE “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”.
Se huye de decir que se es un patriota español, mientras que se aplaude a quien se reconoce como patriota catalán, vasco, gallego y se va en camino de alabar al patriota valenciano, balear e incluso andaluz o canario. Es decir, nuestros políticos, en su gran mayoría, han olvidado, o/y les da vergüenza recordar en público, ese artículo.
El problema principal no está en los números globales de diputados que surgen de la vigente Ley Electoral. En el Congreso de los Diputados, tras el 23J, los partidos españolistas tienen los siguientes diputados PP, 137; PSOE,121; VOX,33; Sumar,31; UPN,1 y CC, lo que totaliza 324 escaños. Frente a ellos los partidos nacionalistas rupturistas tienen ERC,7; Junts,7; EH Bildu,6; PNV, 5; BNG 1, lo que totaliza 26 diputados restantes. En global, el 92,5% de diputados del Congreso son españolistas frente a un 7,5% rupturistas.
De forma similar, el 23J, por número de votos, los partidos españolistas han obtenido 22.066.862 votos frente a 1.616.988 los partidos rupturistas, es decir un 93,2% del voto es españolista frente a un 6,8% que es rupturista.
Ante esta apabullante mayoría de los partidos españolistas, tanto en diputados como en número de votos, frente a los partidos rupturistas, la pregunta es obvia: ¿Qué hacen los partidos españolistas que no saben enfrentarse al voto rupturista, y que hacen concesiones crecientes a los partidos rupturistas, en perjuicio de la unidad de la Nación y a la igualdad entre los españoles de los distintos territorios?
Es necesario que los ciudadanos conozcamos la realidad de estas cifras y que les exijamos a los políticos españolistas que no cedan ante el chantaje de los partidos rupturistas que representan apenas al 6,8% de los ciudadanos de España.
Bastaría un acuerdo entre los partidos españolistas azules y rojos de no ceder ante ese chantaje. Hay que exigir que se llegue a ello y que las energías políticas del Congreso den prioridad a promover la solidaridad nacional española y el desarrollo económico. En suma, que opten por el patriotismo y por promover la convivencia democrática, que son conceptos plenamente constitucionales. ¡Viva España!