Algunos bancos de inversión como JPMorgan Chase, Barclays y Morgan Stanley han rebajado sus previsiones de crecimiento para China en 2023 por debajo del 5%.
China se ha convertido en un proveedor fundamental de bienes para el mercado mundial, y en un mercado crítico para las empresas multinacionales. Su papel en la economía mundial ha aumentado sin cesar en los últimos años, pero su ritmo de crecimiento ha perdido ímpetu desde 2010.
Hay una creciente preocupación de la comunidad internacional por China. El sector inmobiliario está sumido en una tremenda crisis y ha sido uno de los motores de su economía, representando entre el 25-30% del PIB. La propiedad residencial ha sido el principal objetivo de inversión para la población china, favorecido por el crédito de la banca en la sombra a los promotores inmobiliarios y el apoyo de los gobiernos locales, cuyos ingresos dependían de forma importante, del desarrollo inmobiliario.
Las autoridades chinas permitieron el fuerte desarrollo del sector inmobiliario, pero decidieron intervenir en el año 2020. Desarrollaron, la política de las "tres líneas rojas", limitando el acceso al crédito para los promotores inmobiliarios con peor salud financiera. Las restricciones crediticias y la elevada deuda de los promotores están generando importantes tensiones financieras, a pesar de que se ha suspendido temporalmente la aplicación de las "tres líneas rojas".
Evergrande, el promotor inmobiliario más importante, registró problemas financieros hasta que este agosto tuvo que acogerse a la ley de bancarrota en Estados Unidos, solicitando una reestructuración de su deuda. El promotor Country Garden, el más destacado por activos, también está experimentando tensiones financieras. Según la agencia de calificación crediticia Standard and Poor's, más de 50 promotores inmobiliarios chinos han quebrado o no han respondido al pago de alguna de sus deudas. Según Bloomberg, las dificultades se están extendiendo también a los promotores inmobiliarios públicos, con 18 de un total de 38, presentando pérdidas en el primer semestre de 2023.
Las graves tensiones financieras de los promotores inmobiliarios, está afectando al sector bancario en la sombra. Zhongrong, una de las principales entidades del país, ha dejado de pagar 30 de sus productos financieros y no tiene un plan para restablecer los pagos a corto plazo. El rápido crecimiento de la deuda china, en especial del sector público, causa preocupación. La deuda pública total de China ha alcanzado el 97% del PIB.
Se esperaba que el sector exterior compensara el impacto económico de la crisis en el sector inmobiliario, pero las exportaciones cayeron un 14,5% en el mes de julio en términos interanuales.
La inversión extranjera directa ha tenido una caída en términos interanuales del 80%, en el segundo trimestre del año. La relocalización de centros productivos o nearshoring o el control de las inversiones salientes impuesto por Estados Unidos, está afectando a China, así como la demanda global más débil, por las tensiones inflacionistas y los tipos de interés crecientes.
El yuan se ha depreciado con respecto al dólar en el último año alrededor del 7%, entre otras razones por el aumento del diferencial de tipos de interés respecto a Estados Unidos. Las autoridades chinas fijan diariamente el tipo de cambio objetivo del yuan, aunque permiten una banda de fluctuación del +/- 2%. Para frenar esta caída, se comenta que el Banco Popular de China habría empezado a vender bonos extranjeros.
Los precios del consumidor cayeron un 0,3% en el mes de julio, por primera vez en casi tres años. El desempleo juvenil alcanzó un récord histórico en junio del 21,3%. Las autoridades chinas han decidido dejar de publicar datos sobre esta variable a partir de ahora.
Hay una mayor restricción de libertades en China, que parece a veces haberse transformado en presión a las empresas extranjeras. En marzo, las oficinas en Hong Kong de la empresa de investigación neoyorkina Mintz Group fueron registradas por la policía china, que arrestó a cinco empleados chinos. Un mes después, fue el turno del rival de Mintz, la chino-estadounidense Capvision, y de la consultora Bain.
Ese mismo mes de abril, China aprobó una ley de contraespionaje que refuerza el control del Gobierno sobre las actividades empresariales e imposibilita a las empresas extranjeras a acceder a cierta información sobre sus clientes o a informar de ella a sus oficinas fuera del país.
China se ve afectada simultáneamente por una crisis de origen interno y otra de naturaleza externa. Diferentes estudios adelantaban que el PIB de China superaría al de Estados Unidos en 2030, nuevos estudios dicen que en 2050. ¿Pero cuál será el crecimiento del PIB de China este año y en los próximos años?