Ya amenazó con reventarle la cabeza, o algo así, a un representante de Podemos y ahora le da tres cachetes al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Y luego en su partido presumen de “diálogo” y de “convivencia”. Lo que hay que ver.
Siento vergüenza ajena por este PSOE, desde que lo secuestró Pedro Sánchez con la connivencia y cobardía de demasiados socialistas de carnet, pero no de corazón.
Siento vergüenza desde hace mucho tiempo. Desde que Sánchez apareció (en mala hora) por el horizonte político. Entonces, comparado con Zapatero, cualquiera podía parecer mejor, porque hasta el más tonto hace relojes. Pero no. Vana ilusión. Una vez más, eso de “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” se cumplía.
Entre la patulea de la “nueva militancia” del PSOE, esa a la que alude el vallisoletano Óscar Puente (otro mamporrero, o quizás sólo “porrero”) para decir que el PSOE pertenece a sus militantes, ha destacado, una vez más, Daniel Viondi.
Una vez más, porque Viondi ya apuntaba maneras, cuando amenazó a un representante de Podemos en reventarle la cabeza. Corrían otros tiempos, claro. Quién te iba a decir a ti, Danielito (y no precisamente “el valiente”) que los podemitas iban a ser los palanganeros necesarios para que los tuyos “okupen” La Moncloa. La política hace extraños compañeros de cama, dijo Churchill, quien, como imagino, perfectamente ignoras que fue un primer ministro inglés.
Viondi no sólo le ha tocado la cara al alcalde tres veces. Ha perpetrado con el aspaviento, hazañería y pamema tres bofetones a la tolerancia, al diálogo y a la convivencia. Igual que su partido entero desde que Sánchez lo secuestró (antes, le habían echado). Un secuestro del que todos los que conservan el carnet de militante son cómplices. Como Puente (Óscar) y como tantos otros, encabezados por Patxi López.
“¿Sabes lo que es un estado”?, le preguntó una vez López a Sánchez y éste no supo responder. Lo que pudo ser un lapsus, un “quedarse en blanco” de Pedro, ha resultado ser la palpable demostración de que no lo sabe. Todos los días se empeña en demostrarlo. Haciendo valer su nombre, tiene la misma capacidad de raciocinio que una piedra.
Vista la prisa que se han dado en expulsar del partido a Nicolás Redondo, y antes a Joaquín Leguina, por su “delito” de expresar su libre opinión discrepante, lo menos que debería de ocurrir ahora es que antes de publicar mi opinión este tal Viondi ya esté fuera del partido. ¿O no? Ya debió de haberlo sido con la bravuconada contra el representante podemita, y ya ven ustedes.