Pero en esta 71º edición toda la atención mediática ha sido copada por la proyección del documental “No me llame Ternera” del periodista Jordi Évole. Algunas víctimas del terrorismo, académicos y políticos que desafiaron estoicamente la barbarie terrorista de ETA criticaron de antemano la presentación del largometraje. Una censura que ha sido reprochada con acierto por el sociólogo Ignacio Varela al explicar que “para ellos, el hecho de dar visibilidad a Ternera es, en sí mismo, un acto legitimador del terrorismo, sin que tenga la menor relevancia el contenido de la conversación”.
Sin lugar a duda los antecedentes no jugaban a favor del reportero catalán. Évole protagonizó en 2009 un indecente reportaje al intentar convencer a Arnaldo Otegi que condenara los asesinatos perpetrados por banda armada. El coordinador general de EH Bildu, malabarista de la dialéctica, eludió con risas y carcajadas el acto de constricción. Una banal trivialización que indignó a quienes sufrieron la brutalidad etarra. Tampoco las conversaciones con el polémico José Manuel Villarejo o al ex nacionalsocialista David Saavedra brillaron por la sagacidad y clarividencia del entrevistador.
Pero en el caso de José Antonio Urrutikoetxea quienes visualizaron el reportaje afirman que toda censura previa es inmotivada y arbitrara. El locutor Carlos Herrera, amenazado por la organización armada, tuvo acceso a la película y afirma que “en ningún momento y bajo ningún concepto se trata de un blanqueamiento de ETA”. Todo apunta a que Évole hizo los deberes, sorteó lugares comunes y midió las preguntas. Un ejercicio olvidado por otros profesionales de la comunicación al dialogar con Otegi el 26 de junio de 2019.
El largometraje en cuestión recupera la polémica figura de “Josu Ternera”, el fanático nacionalista que mejor representa la sanguinaria trayectoria de la banda armada. Como precisa Florencio Domínguez, uno de los mejores conocedores de los entresijos de la organización, “Urrutikoetxea lo ha sido todo en ETA”. Para comprender su ascendiente cabe especificar que ha sido el único en sortear el conocido principio de “democracia absoluta”.
Al ser detenido, cualquier militante sufría una inmediata pérdida de los galones. Tal despersonalización respondía a la básica necesidad de mantener el control del denominado colectivo de presos políticos vascos (EPPK), garantizar la continuidad operativa y silenciar toda crítica en los penales. Un modus operandi adoptado por otras bandas armadas como las italianas Brigate Rosse o Prima Linea y que ETA perfeccionó al detalle.
Como explica un ex dirigente de la organización armada “una vez esposado (…) automáticamente no vales nada, a pesar de cual ha podido ser tu actuación anteriormente…”. Iñaki de Juana Chaos reprochaba a los letrados Txema Gorostiza y Arantza Zulueta la situación de “abandono global (…). Tú eres militante y en el momento que caes, tengas el nivel que tengas, pasas a ser un cero a la izquierda”. Otro ex interno precisaba en una conversación con el autor que “el único hilo conductor es el letrado, generalmente de las Gestoras Pro Amnistía (…) que transmite una serie de instrucciones. Tu opinión no cuenta para nada”.
Más de treinta etarras, que lograron reinsertarse, confirmaron a servidor que Urrutikoetxea “siempre gozó de un trato de favor en la cárcel”. Otro cabecilla como Múgica Garmendia fracasó al intentar recuperar cierto protagonismo entre rejas. Pero la trayectoria de “Josu Ternera” representa “una anomalía… Siguió influyendo en la cúpula, los abogados le visitaban para que asesorara, y no silenciarle como era habitual”, detalla un ex preso de Herrera de la Mancha que ingresó en ETA junto al histórico dirigente. “Los verdaderos carceleros, Elena Beloki o Juan María Olano, agasajaban y mostraban deferencia”, explica un veterano funcionario de instituciones penitenciarias. Tanto en 1989 como en 1998 la dirección de la banda le propuso como eventual negociador mientras estaba preso.
El ascendiente de “Josu Ternera” facilitó la carrera delictiva de Egoitz, su hijo. Javier Balza, ex consejero de Interior del Gobierno Vasco, explica que “nunca hubiese alcanzado similar reconocimiento interno sin la influencia paterna”. Ricardo Martí Fluxá, ex secretario de Estado de Seguridad, culpa al vástago de la interrupción de la tregua en 1999: “(…) era verano cuando tenía el avión listo para irme, las reservas hechas y todo se bloqueó (…). Lo jodido fue el cambio generacional (…). Egoitz coge las armas y se cierra todo contacto”.
Cabe precisar que Urrutikoetxea fue también diputado en la cámara vasca y parlamentario en la Comisión de Derechos Humanos. Personaje escurridizo, logró eludir el cerco policial en varias ocasiones recibiendo llamadas minutos antes de que los agentes derrumbaran la puerta de su escondite. Según la periodista Ángeles Escrivá, autora de interesantísimos libros sobre la organización terrorista, algunos terminales operaban desde Kenia.
Por todas estas razones las modalidades de su captura en mayo de 2019 adquieren especial relevancia. “Ternera” fue arrestado en la localidad francesa de Sallanches por un operativo conjunto de la Guardia Civil y los servicios galos. Acostumbraba acudir al hospital para recibir tratamiento, y permanecía oculto en una vivienda ubicada a veinte kilómetros del centro sanitario. La imagen de una persona sola y desgastada por la enfermedad choca con la fábula del todopoderoso jefe del aparato político de ETA.
Un fanático que desde el penal galo en el que se encuentra apresado no cesa de reivindicar su trayectoria delictiva. Atribuirse la intervención en el asesinato en 1976 de Victor Legorburu, regidor de Galdakao, debe ser interpretado como ulterior mofa a la memoria de las víctimas del terrorismo. El delito, sobreseído por la ley de Amnistía de 1977, representa el único legado de quién lo ha sido todo en ETA a pesar de “su cobardía, mezquindad y nula visión política”, como precisa un ex dirigente de la organización terrorista.
REFERENCIAS:
1.- El Confidencial, “El documental de Josu Ternera y la censura previa”, 15/09/2023. Véase enlace https://cutt.ly/owv8s49H.
2.- Es posible visualizar la entrevista al link https://cutt.ly/0wv8vMzG.
3.- Trátense de los responsables de Gestoras Pro Amnistía, la organización encargada de silenciar cualquier voz disidente o motín entre los presos.