A pesar de ello los políticos que quedan en Vox y que ahora llevan el bastón de mando (una vez apartados Espinosa de los Monteros y la rama liberal y conciliadora de la dirección del partido) se han tirado cual cabra al monte y abogan por la ruptura total en los gobiernos autonómicos que comparten con el PP. Castilla León, Extremadura, Aragón, Valencia y Murcia han sido los “sacrificados” por Abascal y sus chicos desde Madrid. A éstas comunidades se les podría añadir la inestabilidad que generará la decisión de la Directiva nacional de Vox en las autonomías que apoyan, desde fuera del gobierno regional, al PP como en las Baleares o en los principales ayuntamientos en los que cohabitan. En resumen, toda una bomba en los asientos (por no decir culos) de los gobiernos municipales y autónomicos gobernados por la derecha y apoyados por Vox.
Pero lo peor es que no han consultado a sus bases de cada región. Acaso se creen en Madrid (donde por no rascar no rascan ni “el rasca de la once” a nivel político ni de gestión) que pueden representar la sensibilidad de consejerias y cargos altos e intermedios que están trabajando arduamente por su región mientras “blanquean” la imagen de su partido. ¿Acaso creen que pueden tomar esas decisiones jugándose sus puestos de trabajo y el apoyo de los votantes a la brava por un quitame de aquí unos menas?
Lo de los Menas (menores no acompañados) no deja de ser una excusa absurda y retorcida para buscar un argumento de ruptura que es seguido por unos pocos. Cada vez menos, ciertamente. La realidad es que esa excusa responde a la falta de estímulos de los votantes españoles en ver a Vox como alternativa de gobierno. De hecho no es que el voto de Vox se fuge sólo al PP si no que vuela hacia el outsider Alvise Pérez y su Se Acabó la Fiesta. 800.000 votos se le fueron a Vox en las ultimas europeas hacia Alvise. Y lo de los menas no se soluciona con chillidos, pataletas y chulerias sino ganando elecciones y cambiando la hoja de ruta de las mafias y los gobiernos africanos que promocionan estos movimientos de personas, con la condescendencia de la Moncloa. No dándole carnaza a los que califican a la derecha como cavernaria.
A Abascal y sus amigos pensantes les ha entrado tal miedo que creen que romper gobiernos les va a hacer más “puros” ante los españoles y lo único que van a lograr es que los votantes les consideren más “prescindibles” y menos fiables. Porque si a las primeras de cambio Vox es incapaz de mantener y asegurar gobiernos de centro derecha, el electorado español que está soñando con la defenestración de Sánchez y toda la izquierda del Gobierno de la nación, se va a pensar muy mucho si votarles a ellos o a otra alternativa que les dé mas seguridad para alcanzar el objetivo: ganar a la izquierda.
Es sabido que, en la situación actual, el PP no genera tanto voto como para lograr gobernar en solitario España, salvo sorpresa mayúscula. Y con un Vox cayéndose en picado sin rumbo claro camino a su auto destrucción, más difícil lo tiene. Por tanto, Abascal y Vox no consiguen otra cosa más que convertirse en el mejor aliado de Pedro Sánchez y el PSOE para que estos sigan gobernando nuestro país. De tal modo que si yo estuviera en la cabeza de Sánchez (afortunadamente y gracias a Dios no lo estoy) convocaria un adelanto electoral ahora mismo y me aprovecharía del desastre auto-inmolador de Vox y de la derecha española. Tendremos a Sánchez unos años más gratis gracias al bonoVox. Pero también, y aquí está la gracia, estará más cerca el aterrizaje de Ayuso, el auténtico “bicho” exterminador de Vox. Ellos se lo han buscado.
Si (
No(
