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Marruecos y la búsqueda de la hegemonía africana

· Tras años de crisis, Rabat presume de un vertiginoso avance de las condiciones económicas

martes 16 de julio de 2024, 09:32h
Marruecos y la búsqueda de la hegemonía africana
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Pero siguen existiendo numerosos frentes abiertos como el aumento del desempleo o el proceso de reconstrucción de las regiones más afectadas por el devastador terremoto de septiembre de 2023. Aziz Akhannouch, primer ministro del régimen alauita, a finales de abril desglosó en sede parlamentaria los numerosos proyectos de reforma aviados en la primera mitad de su mandato, cuya duración es de seis años. A pesar de la evidente mejora de las condiciones económicas y financiera del país tras años de recesión, Marruecos sigue enfrentándose a una galopante tasa de desocupación que se suma al enfado de aquella población duramente afectada por el seísmo del año pasado. Las labores de reconstrucción acumulan importantes retrasos al tratarse de unas obras muy complejas por la morfología del territorio.

Asimismo no se vislumbra solución favorable a la problemática del Sáhara Occidental, “el prismático a través del cual Marruecos observa al mundo y criterio para calibrar la sinceridad de las amistades y de las asociaciones estratégicas” en palabras del experto Andrea Plebani. El giro copernicano del Gobierno de España ante su ex colonia en mazo de 2022, una más que cuestionable decisión que Pedro Sánchez adoptó sin comunicarlo previamente a la oposición y a las restantes fuerzas parlamentarias, no ha desequilibrado la balanza a favor de los anhelos expansionistas de Mohamed VI.

Akhannouch en su discurso ante el hemiciclo sacó pecho de los proyectos de reforma y de los resultados económicos conseguidos desde 2021. Cabe destacar entre ellos la ampliación del seguro médico, el relanzamiento de la protección social complementaria, un manifiesto aumento de los salarios y la concesión de ayudas a la vivienda. Logros acompañados por una desaceleración de la inflación galopante y un crecimiento del PIB cuya estimación es del 3,2% tanto en 2023 como en 2024.

Marruecos también apuesta por el desarrollo de infraestructuras y la construcción de grandes obras arquitectónicas. La ampliación del puerto de Tánger Med situado en la vertiente sur del estrecho de Gibraltar garantiza consolidar la posición adquirida en el tráfico internacional de mercancías aminorando el peso estratégico de la bahía de Algeciras. Un menoscabo que repercute duramente en la economía de la vertiente andaluza y que pretende reforzar las aspiraciones de la misma Roca.

No es un misterio que una parte del empresariado gibraltareño busca desde la aprobación del Brexit crear sinergias con el país africano en detrimento del territorio colindante. Trátense principalmente de hombres de negocios de origen israelí, comunidad que atesora una enorme influencia política y financiera en el Peñón, que siguiendo la estela de Joshua Hassan pretenden capitalizar los Acuerdos de Abraham y el apaciguamiento diplomático entre Rabat y Jerusalén.

Otros proyectos faraónicos involucran la ampliación de vías de alta velocidad ferroviarias hasta la ciudad de Agadir y la edificación de plantas desaladoras que garantizarían el suministro de agua potable, como se explicaba en un artículo precedente. Una vez más Marruecos se beneficiaría de la puntera tecnología israelí, al haber convertido el gobierno de Netanyahu la distribución de líquido consumible y apto para el regadío en un arma geoestratégica. También cabe recordar la organización de importantes eventos deportivos como la Copa Africana de Naciones en 2026 y el mundial de fútbol en 2030 en concomitancia con España y Portugal. No es baladí el deseo de la monarquía alauita de construir el estadio con mayor capacidad del mundo en Casablanca poniendo en entredicho que la final del campeonato se dispute en el renovado Santiago Bernabéu.

Mientras tanto Rabat ha seguido intensificando las relaciones diplomáticas con sus vecinos europeos y otros países subsaharianos. El bajo coste de la mano de obra y la existencia de acuerdos de libre comercio refuerzan el atractivo internacional del país de la cordillera del Atlas. Fíjense como en los últimos seis meses empresas chinas especializadas en la fabricación de baterías o componentes para vehículos eléctricos anunciaron inversiones por un total de casi 10 mil millones de euros. El dragón asiático pretende replicar el éxito comercial logrado en México, una deslocalización que ha inquietado al mercado automovilístico estadounidense.

Sin embargo, a pesar de la narrativa gubernamental y de las evidentes mejorías, los indicadores económicos siguen ocasionando cierta preocupación a nivel local. La tasa de desempleo alcanzó la cifra récord del 13,7% en el primer semestre de 2024, disparándose hasta el 35% entre los jóvenes de 15 a 24 años que representan aproximadamente el 16% de la población. Si bien la indigencia absoluta ha ido reduciéndose en las últimas décadas, el lockdown pandémico y la inflación ocasionaron que alrededor de 3 millones de personas cayeran en una situación de absoluta vulnerabilidad entre 2019 y 2022. La reconstrucción de las aldeas devastadas por el terremoto en septiembre de 2023 ha costado más de 11 mil millones de euros.

Mohamed VI ha querido aliviar tal contexto de fragilidad social con la Moudawana, un proyecto de ley que debería aprobarse definitivamente en sede parlamentaria a finales de julio y que pretende equiparar tanto a hombres como a mujeres en materias de divorcio y herencia o aportar claridad jurídica en asuntos tan espinosos como la poligamia o el matrimonio con menores, prácticas aún vigentes.

A pesar de similar propósito, ONG y asociaciones internacionales certifican en sus informes la violación de los derechos humanos. Siguen en entredicho la libertad de prensa y el derecho a la crítica, y basándonos en una investigación de siete periódicos europeos y del colectivo Lighthouse Report sobre flujos migratorios, Marruecos recurre a detenciones masivas y expulsiones colectivas en áreas desérticas recurriendo a tecnología regada con fondos comunitarios.

El Gobierno también ha encarcelado a centenares de manifestantes que cuestionan la firma de los acuerdos de Abraham al hilo del despliegue bélico israelí en Gaza. Según un dossier del Centro Árabe de investigación de París, alrededor del 90% de la población rechaza el acercamiento entre los dos países. Si en un primer momento Rabat intentó encontrar un compromiso entre las quejas de un pueblo tradicionalmente cercano a la causa palestina y la realpolitk internacional, los portavoces gubernamentales no han ocultado su malestar por la beligerancia de Netanyahu condenando la avanzada de las IDF.

Esto no significa que la monarquía pretenda abandonar el proceso de normalización diplomática con Israel, uno de los grandes logros en política exterior de los últimos años. Pero es indudable que desde el fatídico 7 de octubre de 2023 la fase de distensión ha ido perdiendo velocidad. También se han vivido momentos de tensión con Steffan De Mistura, el enviado especial de Naciones Unidas por el Sahara Occidental durante una visita del mismo a Suráfrica, uno de los principales valedores de las exigencias del Frente Polisario. Y tampoco quedan resueltas las fracturas con París después de que el saliente gobierno de Emmanuel Macron no respaldara el impredecible viraje español sobre el Sahara Occidental y acusara al régimen alauita de utilizar programas espías israelíes como Pegasus. Una victoria de Marie Le Pen hubiera alejado definitivamente a las dos administraciones.

En mayo de 2021 miles de marroquíes cruzaron nadando el espigón fronterizo con el beneplácito y la aquiescencia de Rabat. Así respondió el régimen alauita a la hospitalización en España de Brahim Gali, líder del Frente Polisario. Una crisis que se resolvió con una drástica y uninominal involución del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sahara Occidental en marzo de 2022 validando las pretensiones monárquicas. Ríos de tinta se han escrito acerca de una decisión que no tiene precedentes y cuyas motivaciones siguen sin esclarecerse por parte del dignatario español. La última visita del líder del PSOE a Marruecos data 21 de febrero de 2024, un desplazamiento que finalizó con la anhelada reunión con Mohamed VI. Según una fuente diplomática “no se excluye que el monarca se desplace oficialmente a Madrid a corto plazo”, el primer regreso desde 2005.

Sobre la mesa queda la cuestión de la reapertura aduanera de Melilla, clausurada en 2018, y el desbloqueo fronterizo de Ceuta. Esto implicaría el reconocimiento oficial de Rabat de la soberanía española sobre los dos enclaves. Algo bastante improbable.

Marruecos también está mirando al territorio subsahariano. La denominada “Iniciativa Atlántica” pretende incorporar a Burkina Faso, Mali, Niger y Chad a los flujos comerciales internacionales mediante la construcción de autopistas, infraestructuras ferroviarias y portuarias. La reunión celebrada a primeros de junio con representantes de los cinco países ha marcado un punto de inflexión. El gran objetivo de Rabat es adueñarse del territorio del Sahara Occidental reconvirtiendo a Dakhla, la ciudad más poblada, en el principal centro de salida de mercancías al océano.

Pero la gran ambición marroquí es convertirse en un punto neurálgico de la distribución energética al continente europeo. El proyecto del gasoducto que debería conectar los yacimientos nigerianos con las redes de distribución de todos los países costeros de África Occidental sigue siendo el gran objetivo de un Mohamed VI también interesado en la potenciación de las energías alternativas y en la explotación de fosfatos, albergando Marruecos las mayores reservas a nivel global.

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