¿Y cómo se puede reconocer a un emprendedor científico? Desde Fundación DRO, organización que busca promover proyectos empresariales en el campo de la ciencia y la tecnología, nos facilitan las características clave de su perfil:
Curiosidad: El científico emprendedor busca nuevas preguntas que resolver y problemas que abordar. Esta curiosidad no sólo lo lleva a profundizar en su área de investigación, sino a explorar cómo sus descubrimientos pueden tener un impacto en el mundo real, ya sea en forma de productos, servicios o nuevas tecnologías.
Inquietud e inconformismo: No se conforma con la carrera profesional tradicional o las rutas convencionales. Siempre está buscando maneras de desafiar y mejorar en su disciplina científica o en el mercado. Esta inquietud puede llevarle (a veces sin saberlo) a ser visionarios, capaces de prever nuevas oportunidades o nichos antes que el resto.
Pasión por el impacto social o ambiental: Muchos científicos emprendedores ven en su trabajo una oportunidad para mejorar el mundo, ya sea a través de avances en la medicina, la sostenibilidad o la tecnología. Su motivación no es sólo financiera, sino también altruista, impulsada por un deseo de generar un impacto significativo. En muchas ocasiones anteponen lo social a lo económico.
Valentía: Emprender desde la ciencia es complicarse la vida ya que implica no sólo enfrentarse a la incertidumbre en la investigación científica, sino también asumir riesgos financieros, comerciales y personales.
“Se podría decir que el científico emprendedor es una combinación de curiosidad, rigor analítico, inquietud, valentía y pasión por el impacto. La capacidad para transformar el conocimiento en innovación tiene un potencial inmenso para generar soluciones que cambian el mundo”, concluye Cosculluela.