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Mi trayectoria como Perito Judicial Forense: un camino de colaboración y apoyo

· Por Manuel Gómez, Vocal Junta de Gobierno de AIF y Coordinador marqueting y redes sociales

Manuel Gómez, Vocal Junta de Gobierno de AIF.
Manuel Gómez, Vocal Junta de Gobierno de AIF.
Al iniciar mi carrera como perito judicial forense, pronto descubrí que, aunque la formación y la experiencia son fundamentales, el verdadero crecimiento profesional surge en gran parte del apoyo y la colaboración entre colegas. Mis primeros pasos en esta profesión fueron, como para muchos, inciertos y a menudo desafiantes. Sin embargo, tuve la suerte de contar con el respaldo de colegas que, con paciencia y disposición, compartieron su conocimiento y me brindaron el consejo que tanto necesitaba en esos momentos iniciales.


Lo que realmente ha marcado la diferencia en mi trayectoria no ha sido solo mi capacidad de análisis o el rigor en mis dictámenes, sino la posibilidad de tener un equipo de profesionales a mi lado. En numerosas ocasiones, enfrentando casos complejos que requerían una perspectiva adicional, he encontrado en mis compañeros no solo una fuente de conocimiento, sino también un soporte emocional y profesional.

El trabajo como perito judicial puede ser solitario en ciertos momentos, pero pertenecer a una red de profesionales comprometidos con los más altos estándares éticos y técnicos transforma esa soledad en fuerza. La colaboración en nuestra profesión no solo mejora la calidad de nuestro trabajo, sino que también enriquece nuestra experiencia y nos prepara mejor para los desafíos que puedan surgir. Personalmente, puedo decir que, en cada consulta, en cada conversación con otro perito, he aprendido algo nuevo. Y es en esos momentos de cooperación donde uno se da cuenta de que ser parte de una asociación profesional como la AIF es más que una simple afiliación: es un compromiso con la excelencia colectiva.

A través de los años, AIF no solo ha sido un lugar donde encontrar recursos y formación continua, sino también una comunidad donde se cultiva el compañerismo y la ayuda mutua. He tenido la fortuna de contar con la segunda opinión de colegas en momentos clave, y gracias a ello, he podido ofrecer dictámenes más precisos y confiables.

Invito a todos aquellos que aún no forman parte de nuestra comunidad a considerar los beneficios de unirse. La AIF no es solo una asociación, es unlugar donde cada miembro puede crecer, apoyarse y aprender de otros
profesionales. Aquí, la experiencia individual se multiplica al compartirla. No es solo la suma de conocimientos lo que nos fortalece, sino el espíritu de colaboración que nos impulsa hacia un futuro más sólido y comprometido con la verdad y la justicia.

Unirse a la AIF es, sin duda, un paso que todo perito debería considerar para avanzar en su carrera. No solo por las oportunidades profesionales que ofrece, sino porque aquí he encontrado el verdadero valor de la cooperación, el respeto y la confianza entre colegas que comparten un objetivo común.

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