Se pueden imaginar mi sorpresa y mi interés por saber por qué razón la bandera gitana ocupaba un lugar de privilegio en un programa de entretenimiento ajeno, al menos así me lo parecía, a la política o al análisis de la diversidad cultural de los españoles.
Aguanté hasta el final y me fui a la cama sin saberlo.
Pero ahora ya lo sé. Y les anuncio que a continuación de este mensaje aparecerá otro que aclaró mis dudas y espero que también la de mis amables lectores/as.
No obstante, déjenme añadir lo siguiente: Cuando en el año 1971, quienes intervinimos en Londres en el I Congreso Internacional del Pueblo Gitano, donde creamos y establecimos la bandera gitana tal y como la conocemos, nunca pudimos imaginar que algún día, en una televisión nacional y en un programa de máxima audiencia —La Revuelta batió récords con el 17,7% de share o cuota de pantalla— y 2.355.000 televidentes, estarían contemplando durante una hora y media nuestra bandera que junto a la española, representa a la mayoría de los gitanos y gitanas españoles.
Gracias, señor Broncano, por su actitud comprometida pero, sobre todo, gracias a Israel Fernández, el gitano que llevó nuestra bandera al programa de TV para honra y honor de quienes también nos vemos representados en ella. He leído que Israel Fernández ha dicho “La suerte existe, pero sin trabajo no vale para nada. He cantado en muchos pueblos, he viajado muchísimo. He picado mucha piedra, pero cantar me hace feliz.”
Nos has hecho felices a los 14 millones de gitanos que vivimos en el mundo y a millones de ciudadanos y ciudadanas que son también nuestros conciudadanos/as.