El evento estuvo presidido por Carlos Izquierdo, concejal de Carabanchel y portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, quien además es el autor del prólogo del libro. Durante su intervención, Izquierdo destacó la importancia de dar a conocer la obra de Alfredo Ramón y subrayó: “El gran público debe conocer sus cuadros, que nos trasladan a una ciudad muy distinta, una ciudad que tenemos la obligación de recordar”.
Uno de los momentos más relevantes del acto fue el anuncio del concejal sobre la restauración de las impresionantes pinturas murales de la capilla del antiguo Orfanato Nacional de El Pardo, ubicado en la Quinta de Vista Alegre. Este espacio, hoy ocupado por el Conservatorio Superior de Danza “María de Ávila” y el Centro Integrado de Enseñanzas Musicales “Federico Moreno Torroba”, contará con un presupuesto destinado específicamente para la recuperación de estas obras. Izquierdo aseguró que los trabajos de restauración se ejecutarán “lo antes posible”.
La profesora Linda Hament, quien tuvo el privilegio de compartir más de cuatro décadas de trabajo junto a Alfredo Ramón, resaltó la necesidad imperiosa de perpetuar el legado de un artista cuya obra no solo refleja la esencia de una época, sino que constituye un testimonio vivo del Madrid en constante transformación. Conmovida, expresó su más profundo agradecimiento a la Junta Municipal de Carabanchel por su compromiso en rescatar del olvido a una figura capital para la historia del arte madrileño, tristemente más reconocida en el extranjero que en su propia patria. En su intervención, Hament enfatizó: “Estamos en el buen camino de recuperar el legado de Alfredo Ramón. Mi sueño es un museo donde puedan descansar sus obras”. Su declaración no solo encierra un deseo personal, sino que plantea un reto cultural para quienes buscan honrar la memoria del pintor y garantizar que su trabajo alcance el reconocimiento que merece.
Por su parte, el historiador José María Sánchez Molledo, con profunda admiración, evocó su encuentro personal con Alfredo Ramón en 2014, apenas un año antes de su fallecimiento. Recordó con emoción aquella conversación mantenida en la Quinta de Vista Alegre, un enclave de gran carga simbólica en la trayectoria del pintor.
El editor y director de Artelibro, J. Nicolás Ferrando, añadió una perspectiva editorial que contribuyó a ensalzar aún más la figura de Alfredo Ramón. En su discurso, resaltó la trascendencia del pintor como un intérprete magistral de los colores y las texturas que definieron una era irrepetible en la historia de Madrid. “Alfredo Ramón no solo pintó fachadas, esquinas y balcones; inmortalizó un Madrid que sigue latiendo en la memoria de quienes lo aman”,
El acto alcanzó su momento más emotivo con la lectura de un poema dedicado a Alfredo Ramón por el poeta Albero Morate. Este evento se enmarca dentro de las actividades impulsadas por Distrito 11, la iniciativa cultural que posiciona a Carabanchel como un epicentro de referencia en el panorama artístico y patrimonial de Madrid.
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