Ingeniería contable y Parlamento marginado
A diferencia del gran estratega andaluz, nuestro presidente del Gobierno ha comenzado a sumar todos los conceptos defensivos para justificar el gasto militar que la Unión Europea exige a España y, de paso, taponar el rechazo de los partidos coaligados que critican la “euforia belicista” y el rearme del continente. Lejos de ello, Sánchez apuesta por una ingeniería contable que incluiría todo tipo de inversiones para duplicar el raquítico gasto del 1,2 actual con el que acercarse al 2% prometido -insuficiente ya para Europa-, además de preservar los gastos sociales que demandan los partidos y relegar incluso su votación en el Parlamento. La estrategia pasa también por trasvasar presupuestos de un Ministerio a otro, como gastos ligados a la Guardia Civil que ahora computan en Interior, incluir partidas como la ciberseguridad, defensa de fronteras o inversiones relacionadas con el I+D+i. Si Sánchez necesita engordar todavía más la factura que debe enviar a Bruselas para justificar el gasto militar, puede incluir también las escopetas de nuestros 750.000 cazadores, con su correspondiente munición que, en caso de guerra, igual servirían para defender a la nación.
Entre tanto, el Parlamento continúa como convidado de piedra, marginado, sin recibir información ni tan siquiera debatir en profundidad el rearme comunitario o la estrategia sobre el fin de la guerra de Ucrania que se disputan tanto Trump como Putin. El PP forzará una votación en el Congreso sobre Defensa mientras pide que todos los compromisos internacionales del Gobierno pasen también por la cámara para desgastar al Ejecutivo y "retratar" a sus socios. El líder de la oposición, Núñez Feijóo, avisa del riesgo de que Sánchez esquive a la cámara una vez más, lo que en su opinión conduciría a una “autocracia”.
Cañones, mantequilla y la bandera de la paz
El trilerismo de Sánchez y de sus fuerzas coaligadas lleva al gobierno a dilatar su compromiso militar y sus obligaciones con la UE exigido por la propia presidenta de la Comisión, por partida doble. Úrsula Von der Leyen presiona a los países rezagados como España, asegurando que la inversión y el rearme de Europa tiene que venir de los Estados y, además, debe ir “más allá del 3%” para disuadir a Rusia. Por contra, el batiburrillo de partidos integrados en SUMAR se debate entre rechazar cualquier aumento del gasto o enmascararlo con inversiones en ciberseguridad, como pretende su socio mayoritario socialista. Compromís amenaza incluso con retirar su apoyo al Gobierno si el PSOE busca el apoyo del PP, mientras Izquierda Unida promueve una campaña de movilizaciones por la paz. La plataforma de Yolanda Díaz se divide entre rechazar cualquier tipo de gasto defensivo o apostar por una salida aceptable si el `presupuesto procede de fondos europeos y se dedica a cuestiones no esencialmente militares como la inversión en ciberseguridad. La decena de partidos del movimiento tiene muy presente la opinión de su propio electorado, como la encuesta Sigma Dos para EL MUNDO, en la que seis de cada diez votantes de Sumar se opone a incrementar el gasto militar, frente a un escaso 28,6% que sí lo apoya. Podemos sopesa incluso dinamitar los Presupuestos y la legislatura del “señor de la guerra” y forzar un adelanto electoral.
Por mucho que pretenda disfrazar el inquilino de la Moncloa, la presidenta del gobierno comunitario deja bien claro que los 27 deben hacer un enorme esfuerzo para transformar el presupuesto de defensa “de manera rápida y eficaz". No solo eso, sino que además detalla los “sectores concretos” a los que se deben destinar los 150.000 millones en préstamos que pondrá sobre la mesa la Unión: Defensa aérea avanzada, drones, ciberseguridad, misiles, munición, movilidad militar e incluso inteligencia artificial. Todo de fabricación europea, si es posible, para "maximizar el impacto de la inversión". Se trata de financiar compras a productores europeos para darle a la industria la predictibilidad que necesita, con "licitaciones públicas conjuntas" cual herramientas comunitarias que aceleren el rearme. El compromiso es aportar "hasta 650.000 millones" de los 800.000 que la UE pretende movilizar en los próximos cuatro años, incrementando 1,5 puntos porcentuales de PIB a su gasto de defensa, lo que en el caso de España significaría llegar al 2,8%, más del doble del actual.
Pacifismo de la izquierda y nuevas derrota socialista
Frente a semejante realidad que llama a las puertas de Europa, la izquierda española blande la bandera de la paz con la advertencia de preservar las políticas sociales. Es el caso de Izquierda Unida, que promueve una campaña de movilizaciones con llamamiento incluido al resto de organizaciones y a la ciudadanía para crear plataformas en favor de una paz, que no se consigue “ni con aumento del gasto militar ni con el envío de tropas” a las zonas de conflicto. Antonio Maíllo, su coordinador federal, advierte que “no son tiempos de rearme, ni la guerra la solución”, mientras apuesta por un modelo alternativo de seguridad integral.
El PSOE suma cinco nuevas derrotas en el Congreso, una de ellas quedándose solo y sin recabar siquiera el apoyo de su socio de Sumar, y acumula 94 votaciones perdidas en casi quince meses de Gobierno de coalición. Desde el inicio de la legislatura, el PSOE ha visto caer tres decretos leyes, la senda de estabilidad y cuatro proposiciones de ley sobre lucha contra la prostitución, la reforma de la ley de Extranjería, el testamento vital y una sobre vivienda pactada con PNV. En el Senado, PP cambiará el reglamento para que obligar la comparecencia de Sánchez a las sesiones de control del Ejecutivo, al menos una vez al mes, después de su ausencia durante más de un año. Sánchez solo ha acudido en una ocasión a la Cámara Alta para responder las preguntas de los senadores, el 12 de marzo de 2024. A su vez, el PP cita a declarar a las cuatro "amigas" del ex ministro Ábalos “colocadas” en sendas empresas públicas, además de a los ministros de Agricultura y Transportes y a los presidentes de las sociedades en las que fueron “enchufadas”.
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