Su privilegiada ubicación geográfica facilita el intercambio de productos con todo el continente americano y la apuntala como puerta de entrada comercial hacia el territorio africano. Una ventaja estratégica sublimada por la existencia de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE) en vigor desde el año 2000 y con Washington desde 2006. Pero también por la creciente sinergia económica con el dragón asiático representando la desembocadura final de la Nueva Ruta de la Seda. Sin olvidar las avanzadas relaciones comerciales con los países de la franja subsahariana.
La mejora de las infraestructuras ha sido la verdadera piedra angular del crecimiento industrial del país. Forma parte de una estrategia a largo plazo que busca consolidar el papel de Marruecos en los flujos comerciales a nivel global y las labores de deslocalización. En el periodo comprendido entre 2001 y 2017 las inversiones absorbieron hasta el 38% del Producto Interior Bruto (PIB), uno de los ratios más elevados del mundo. La puesta a punto de dotaciones preexistentes y la edificación de nuevos servicios absorbieron más del 50% de los fondos de ayuda al desarrollo. La fecha marcada en el calendario gubernamental es 2030 cuando tendrá lugar el Mundial de fútbol organizado conjuntamente a España y Portugal.
El símbolo de la ambición marroquí es sin lugar a duda el puerto de Tánger Med, uno de los más relevantes del Mar Mediterráneo inaugurado en 2007 y ampliado en 2019. Basándonos en el informe anual de UN trade & development (es posible consultar el documento al enlace https://shorturl.at/yTRme) durante 2024 el preminente embarcadero batió todos los récords: hasta 10,24 millones de contenedores movidos con un aumento del 19% respecto al año anterior. También se incrementó del 13% el número de pasajeros respecto a 2023. Datos que motivan en parte la resolución de una de las navieras más importantes del mundo, la danesa Maersk, que dejará de contar con el puerto de Algeciras en el recorrido de sus cargueros desde América. La decisión de hacer escala en Tanger Med, comunicada el pasado 9 de enero, se sustenta en la reducción de 5 días del tránsito marítimo. Un cambio que repercute duramente sobre los intereses españoles tanto desde el prisma financiero como geopolítico.
Con la preminencia de Algeciras en entredicho no es baladí que hayan surgido iniciativas para reforzar otros puntos neurálgicos del comercio marítimo español como la Zona de Actividad Logística (ZAL) de Tarragona con fuerte interés del mercado asiático.
Que el desarrollo portuario sea uno de los grandes desafíos marroquíes lo corrobora la edificación de nueve fondeaderos comerciales a lo largo de la costa mediterránea y atlántica. A finales de 2026 debería empezar a operar Nador West Med, que alberga la primera terminal de regasificación del país. En Dajla, uno de los principales centros de la región del Sahara Occidental – siguen sin esclarecerse por parte de Moncloa las razones del viraje español sobre el territorio no autónomo alineándose con las pretensiones alauitas – las maquinarias trabajan a destajo para finalizar las obras del nuevo puerto antes de 2029. Infraestructura que jugará un papel crucial en la denominada “Iniciativa Atlántica”, proyecto en estado embrionario ideado por Mohammed VI a finales de 2023 y que tiene como objetivo promover la integración de estados del Sahel como Burkina Faso, Mali o Chad en los flujos comerciales internacionales.
La punta de diamante de Tanger Med está representada por sus conexiones ferroviarias con las grandes urbes, el puerto de Casablanca y las gigantescas plantas industriales automovilísticas de Renault cerca de Tánger y del grupo Stellantis en Kenitra. Algo de lo que carece la bahía de Algeciras. Y no es baladí que el desarrollo de la red ferroviaria – nuevamente España salió trasquilada de la concesión de licitaciones públicas en aras de las grandes corporaciones francesas – represente una demostración de la importancia concedida a las infraestructuras como motor económico. A finales de 2025 según Edoardo Plana, CEO de la consultora ferroviaria EPGRAIL, “comenzarán las obras de ampliación de la línea de alta velocidad Tánger-Casablanca hasta Marrakech (…), pero se estudian las nuevas incorporaciones de Fez y Oujda”.
Como indicado, la ampliación de la red ferroviaria ha desatado una fuerte competencia entre los principales constructores y proveedores mundiales. Empresas chinas, alemanas y galas han logrado contratos millonarios y la española CAF pugna únicamente por el suministro de 150 convoyes para el transporte local. Un fracaso que debería hacer replantear la protección estatal de compañías estratégicas y no anteponer su colonización por meros intereses partidistas.
También la red de autopistas se ha beneficiado de inversiones mastodónticas con un incremento desde los 80 kilómetros de 1999 hasta los 1.800 actuales. Antes de 2030, siempre coincidiendo con el gran espectáculo futbolístico, debería completarse la vía que conecta Rabat con Casablanca. Y no debe olvidarse el mastodóntico proyecto que busca reforzar las vías acuíferas del país. El objetivo consiste en transferir los excedentes hídricos que se acumulan en las regiones con mayores precipitaciones garantizando el abastecimiento al sector primario ante el riesgo que conllevan las sequías más desabridas de los últimos años. La producción agrícola constituye el 15% del PIL nacional.
La ampliación de puertos y red ferroviaria ha posibilitado la consolidación de Marruecos en el sector de la automoción que representa el 22% del PIB. Tanger Med representa la puerta de entrada del sector a los mercados internacionales. Según un informe de PricewaterhouseCoopers (PwC) en 2024 se exportaron desde el punto neurálgico marítimo 600.782 vehículos con un incremento del 4% respecto al curso anterior. El país se ha consolidado como el principal exportador de automóviles del continente– 700 mil unidades anuales – destronando a Sudáfrica.
Unas 220 mil personas encuentran trabajo en las grandes fábricas y centros de producción de Casablanca (FIAT y Renault), Mellousa (Renault) y Kenitra (Stellantis). Asimismo, cabe recordar la presencia de empresas subcontratadas para la confección de sistemas eléctricos o fundas de asientos como la alemana Leoni en Agadir o la francesa Forvia.
Pero las expectativas de crecimiento dependen sobre todo del aterrizaje de las grandes multinacionales chinas y de la comercialización de los vehículos eléctricos con todas sus derivadas. A finales de marzo de 2024 el Gobierno firmó un acuerdo con BTR New Material Group que prevé la construcción de una planta de fabricación de cátodos en la zona de Tánger. Otros contratos millonarios han sido rubricados con Gotion High Tech, CNGR Advanced Material, Hailiang Group y Shinzoom.
Last but not least, Marruecos tiene especial interés en garantizar su independencia y seguridad energética y posicionarse como exportador de fuentes renovables. En la primera directiva nacional de 2009 se fijaron objetivos ambiciosos atrayendo grandes inversores externos interesados en la producción eólica, solar y en el hidrógeno verde. El monarca apadrinó personalmente la creación de una comisión nacional ad hoc y estableció sinergias con organizaciones internacionales y estados que garantizaron fondos para la investigación.
Sin embargo, los citados éxitos de poco servirán si antes el país no logra hacer frente a incertidumbres estructurales que pueden aminorar el alcance de los resultados obtenidos. Un modelo de crecimiento que pivota sobre las exportaciones no puede sustentarse sin una mejora de los ingresos de los trabajadores y una sistematización de la mano de obra. Asimismo, Marruecos necesita urgentemente una alta innovación tecnológica e inversiones constantes para garantizar modelos sociales inclusivos. Un asalariado del sector del automóvil gana una cuarta parte de lo que recibe un trabajador francés o italiano y no es casual que a principios de febrero tuviera lugar la primera huelga general desde 2016. La eventual pérdida de poder adquisitivo imposibilita la rentabilidad de infraestructuras que requieren fuertes subvenciones estatales para asegurar su funcionamiento.
Además las sempiternas irresueltas cuestiones políticas podrían repercutir directamente sobre las ambiciones económicas nacionales. Nos referimos al Sahara Occidental, siendo el futuro jurídico de este territorio esencial para garantizar los esperados márgenes de crecimiento tanto desde el prisma económico como social. El regreso a la Casa Blanca de Donald Trump a priori garantiza una maquiavélica estabilidad. Fue él mismo quien reconoció la soberanía marroquí antes de ceder las llaves del despacho a Joe Biden. Pero el fuerte interés chino y su estudiado aterrizaje en los puntos neurálgicos del vasto territorio marroquí vuelven a poner en entredicho cualquier análisis.