Estas emisiones invisibles en los informes ESG, pero muy reales en su impacto ambiental representan uno de los grandes puntos ciegos de la sostenibilidad empresarial. No aparecen en los reportes porque no se miden, pero tienen consecuencias tangibles en términos de huella de carbono y eficiencia operativa. Joinup recuerda que no se trata de una cuestión menor, sino de una brecha crítica en la gestión de la movilidad corporativa.
Un problema sin resolver: reducir emisiones no es lo mismo que compensarlas
Frente a este desafío, la propuesta de Joinup se basa en una plataforma tecnológica que permite a las empresas tener un control total sobre sus desplazamientos. A través del control de kilometraje, la geolocalización de trayectos, la identificación del tipo de vehículo empleado y la integración de todos los servicios (taxi, parking, recarga, carpooling), Joinup garantiza una auditoría precisa y rigurosa. Los informes generados son auditables y cumplen con los estándares internacionales de cálculo de huella de carbono, incluyendo los parámetros DEFRA y la exportación automática para reportes ESG o registros oficiales.
El contexto no podría ser más urgente. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), el transporte es responsable de cerca del 30% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España, siendo los desplazamientos urbanos y laborales uno de sus componentes clave. Muchas de esas emisiones no están siendo contabilizadas correctamente por las empresas, lo que agrava la brecha entre sostenibilidad percibida y sostenibilidad real. En este escenario, Joinup propone una solución concreta y escalable.
Joinup incide en la necesidad de que las empresas se enfoquen en la reducción real de emisiones, y no únicamente en mecanismos compensatorios. A través del uso de taxis eléctricos y flotas ECO, las compañías pueden lograr reducciones inmediatas de hasta el 60% en sus emisiones de CO₂. Actualmente, Joinup opera con una flota casi 100% ECO en Madrid —un 20% completamente eléctrica, cifra muy por encima del 4% eléctrico del sector — y con un 80% de vehículos sostenibles a nivel nacional.
Cumplimiento normativo y ventajas operativas
Joinup no solo ayuda a las empresas a reducir su impacto medioambiental, sino que les facilita el cumplimiento de normativas como la Ley de Movilidad al Trabajo. Gracias a su sistema de trazabilidad, las compañías pueden demostrar el uso de transporte sostenible ante auditorías, asociar desplazamientos a empleados y sedes, y centralizar toda la información en una única plataforma. La integración del carpooling corporativo permite además mejorar la ocupación de vehículos particulares y reducir los costes asociados a los desplazamientos laborales, con un impacto directo en la huella de carbono. De nuevo, la plataforma transforma todas las mejoras derivadas del carpooling corporativo se transforman en datos reales y auditables en su plataforma.
En 2024, el servicio de recarga eléctrica de Joinup creció más de un 5.500%. Este avance ha sido posible gracias a una integración tecnológica que permite a las empresas utilizar una sola app para los principales operadores energéticos, simplificando la operativa tanto para los usuarios como para los gestores de movilidad. Este enfoque facilita la transición real a flotas eléctricas, con una gestión centralizada de costes y datos.
No medir las emisiones fantasma tiene consecuencias
Ignorar estas emisiones tiene riesgos significativos. Desde informes ESG incompletos y acusaciones de greenwashing involuntario, hasta la pérdida de acceso a fondos públicos, problemas en auditorías medioambientales o un deterioro de la reputación corporativa ante inversores, talento y consumidores. Las empresas que no corrigen estas ineficiencias están dejando escapar una oportunidad clave para liderar con responsabilidad.
Elena Peyró, CEO y cofundadora de Joinup, concluye “En sostenibilidad, lo invisible también deja huella. Si las empresas quieren tomarse en serio su impacto ambiental, deben empezar por detectar lo que hoy no están midiendo. Porque lo que no se mide, contamina en silencio. Y 2025 debe ser el año en que eso deje de ocurrir.”