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EDITORIAL

Créditos urgentes, créditos rápidos y créditos al consumo

martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
“Muchos acuden a los llamados “créditos urgentes”, una actividad financiera lícita pero que conviene diferenciar adecuadamente de la de los créditos al consumo, que son algo completamente distinto. Lo que los hace verdaderamente distintos, siendo ambos préstamos, es la finalidad de estos y la tipología de empresa que los concede”.
Créditos urgentes, créditos rápidos y créditos al consumo



La falta de liquidez de muchas empresas y particulares, en la actual coyuntura de crisis, les impide continuar al frente de su actividad productiva. Las últimas veinte semanas han sido las peores de la historia en declaraciones de insolvencia, muchas de ellas declaradas judicialmente en situación previa a la petición de concurso de acreedores.

PYMEs, empresarios y particulares no quieren reconocer lo que los balances demuestran que es un hecho insoslayable: después de 20 o 30 años de trabajo ininterrumpido, éxito y crecimientos constantes, ha llegado el momento de echar el cierre, despedir empleados y suspender la actividad. Es el sino de la crisis.

Entre ese punto y final y el declive, muchos acuden a los llamados “créditos urgentes”, una actividad financiera lícita pero que conviene diferenciar adecuadamente de la de los créditos al consumo, que son algo completamente distinto. Lo que los hace verdaderamente distintos, siendo ambos préstamos, es la finalidad de estos y la tipología de empresa que los concede. La primera y más importante diferencia la encontramos entre empresas prestamistas comerciales comunes y entidades de crédito (Bancos o Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), las denominadas coloquialmente como “financieras”).

Así, hay prestamistas privados: empresas y/o particulares cuya actividad no está supervisada por el Banco de España ya que no son entidades de crédito y que ofertan préstamos –“crédito urgente”- cuya finalidad es proporcionar liquidez inmediata al particular o PYME, en unas condiciones generalmente más gravosas en cuanto a TAE, amortizaciones, avales y garantías, y donde la finalidad del crédito urgente es una vía de obtener liquidez para salvar una situación financiera normalmente difícil en algunos momentos, pero que puede remontarse con la ayuda de ese crédito. La cuantía media que ofrecen estas empresas prestamistas privadas es de importe pequeños (500 - 1000 euros) pero también pueden encontrarse importes mayores para empresas y particulares, que pueden salvarnos un “roto” temporalmente, pero que puede transformarse en un disgusto en el medio plazo si no se consigue resolver nuestra situación. Si no se firman con cuidado, puede caerse en un agujero más hondo que en el que se está.

Por otra parte, la actividad de crédito al consumo es la realizada por entidades de crédito (sometidas a autorización previa y supervisión del Banco de España) especialistas en consumo cuya finalidad es la de financiar a particulares, principalmente en el mismo punto de venta, tanto la adquisición de vehículos automóviles, bienes de equipamiento del hogar (mobiliario, electrodomésticos, electrónica de consumo, etc,) y servicios como viajes. Este tipo de crédito se ofrece para financiar la adquisición de bienes o servicios en el consumo normalizado, no para salir de apuros. La gran mayoría de comercios ofrecen estos servicios de financiación de entidades especialistas en crédito al consumo como son Santander Consumer Finance (Grupo Banco Santander), BBVA Consumer Finance (Grupo BBVA), CETELEM (Grupo BNP Paribas) o FINCONSUM (Grupo La Caixa), entre otras, todas ellas pertenecientes a bancos de reconocida solvencia nacional e internacional.

Y el caso es que, ante un desconocimiento generalizado, contemplamos a diario como en medios de comunicación y tertulias se confunden ambas actividades, quizá también provocado por el denominado “crédito rápido”, normalmente préstamos personales, que algunas entidades de crédito ofrecen y cuyo atributo –rápido- hace referencia a la agilidad de los procesos de estudio y concesión de créditos que dichas entidades tienen debido al alto nivel tecnológico en la tramitación de solicitudes de crédito y, en ningún caso, a la ligereza en la concesión de los mismos.

Las diferencias son abismales, y, de cara a afrontar con garantías nuestras actividades financieras, conviene no confundir ni productos ni entidades, ya que se ocupan de negocios muy diferentes.
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