El 4 de noviembre iniciaron en Taipei los primeros Ejercicios de Ofensiva y Defensa Cibernética (CODE, siglas en inglés)
organizados conjuntamente por Taiwan y Estados Unidos a fin de prepararse ante el creciente número de ataques cibernéticos en el mundo. Los ejercicios, que se realizan por cinco días en la sede de Microsoft Taiwan, cuentan con la asistencia de especialistas en ciberseguridad de más de diez países, entre ellos Australia, la República Checa, Japón y Malasia.
Los CODE incluyen entrenamiento y prácticas aportadas por el Gobierno estadounidense, ciberejercicios entre Taiwan y sus socios regionales, así como un foro acerca de las lecciones aprendidas.
Los especialistas en ciberseguridad de países amigos lanzarán ataques simulados a las páginas en internet del Gobierno e instituciones financieras de la República de China (Taiwan), y sus homólogos taiwaneses tratarán de detectar y defenderse de estas amenazas.
En su discurso durante la ceremonia de inauguración, el director interino del Instituto Americano en Taiwan (AIT, siglas en inglés), Raymond Greene, explicó que los ejercicios tienen como objetivos fortalecer las defensas cibernéticas nacionales y las habilidades relacionadas con las mismas, así como promover una cooperación internacional más estrecha en materia de ciberseguridad.
Greene advirtió que las mayores amenazas hoy en día ya no son las tropas que desembarcan en las playas, sino los esfuerzos de las fuerzas hostiles que aprovechan la apertura de las sociedades y las redes para atacar a las industrias, las instituciones democráticas y la integridad de la infraestructura crítica.
Según Howard Jyan, director general del Departamento de Seguridad Cibernética del Yuan Ejecutivo, Taiwan se ve particularmente amenazado por tales ataques cibernéticos, citando que el sector público enfrentó un promedio de 30 millones de ataques cibernéticos transfronterizos por mes en 2018.
Aunque solo una pequeña fracción de tales ataques resultó en el robo o la manipulación de información confidencial, la cantidad de los mismos se considera alto en comparación con los que ocurren en países europeos, que se ven afectados por un promedio de varios miles de ataques mensuales, señaló Jyan.