www.elmundofinanciero.com

EL NUEVO MUNDO DE LAS CRIPTOMONEDAS

El desafío de las monedas virtuales
Ampliar

El desafío de las monedas virtuales

· Por Pablo Sanz Bayón, Profesor de Derecho Mercantil, Facultad de Derecho – ICADE, Universidad Pontificia Comillas

domingo 19 de julio de 2020, 10:49h
A partir de la crisis de 2008, la confianza en el dinero fíat se ha visto mermada debido a las políticas de expansión cuantitativa de la oferta monetaria aplicadas por los bancos centrales más importantes del mundo. Desde marzo de este año, el balance de los tres grandes bancos centrales del planeta (Reserva Federal, BCE y Banco de Japón) ha aumentado de forma conjunta en más de 4 billones de euros, pasando de los 9 billones que tenían a cierre de febrero a los más de 13 billones actuales. El incremento de los balances de la banca central ha sido una tendencia progresiva desde 2008, pero la llegada de la crisis económica mundial derivada de la pandemia ha provocado un incremento exponencial hasta niveles históricos. Este contexto inaudito de liquidez masiva y gratuita, con tipos de interés muy bajos o nulos, ha llevado a inversores y ahorradores hacia fórmulas alternativas de inversión y depósito entre las que destacan singularmente las monedas virtuales.
Pablo Sanz Bayón es Profesor de Derecho Mercantil, Facultad de Derecho – ICADE, Universidad Pontificia Comillas.
Pablo Sanz Bayón es Profesor de Derecho Mercantil, Facultad de Derecho – ICADE, Universidad Pontificia Comillas.

Las monedas virtuales, y dentro de ellas las denominadas criptomonedas, están suponiendo una de las disrupciones más desafiantes de la economía digital. En los últimos años, múltiples comunidades virtuales, con activistas cypherpunks, hackers, programadores y desarrolladores de ideología libertaria, están siendo capaces de poner en marcha sistemas cibernéticos y criptográficos en el que se crean y circulan activos digitales con potencialidad de funcionar como medio de pago global, unidad de cuenta y reserva de valor. La devaluación del dinero fiduciario por las autoridades monetarias y bancarias ha impulsado definitivamente este sector tecnofinanciero. Un sector basado en tecnología digital, como la de registro distribuido (DLT/blockchain), que permite crear estructuras computacionales descentralizadas y desintermediadas, en la que sus usuarios pueden contribuir a su funcionamiento, y almacenar y transferir activos (criptomonedas) como medio de preservar valor al margen del intervencionismo de la política monetaria y fiscal de las instituciones estatales y supranacionales oficiales.

Ahora bien, ¿puede afirmarse que estos activos virtuales llegarán a convertirse en una alternativa real a los depósitos bancarios y al dinero en efectivo? Lo cierto es que todavía se utilizan en un mercado muy reducido, poseen un alto grado de volatilidad y carecen de una autoridad central que pueda hipotéticamente sostener su valor. Esto último no es un problema necesariamente porque su diseño informático busca precisamente la descentralización y desintermediación de la economía, sin depender de gobiernos ni bancos. Sin embargo, su volatilidad y el hecho de que no exista un mercado real de bienes y servicios que se puedan adquirir con estos activos digitales sí que incide en que de momento no puedan considerarse una alternativa viable al dinero fíat o de curso legal.

Por lo tanto, pese a que muchos las consideren como una forma de dinero alternativo, a la hora de valorar su impacto en la política monetaria, éste no será distinto al riesgo que pueden suponer cualquier otro activo de inversión. Por ahora, el impacto de las monedas virtuales en la política monetaria parece ciertamente limitado, salvo que, en los próximos meses y años, sigan experimentando un crecimiento exponencial de usuarios e inversores, y esto pueda impulsar el valor de sus cotizaciones. Si el dinero fíat permanece tan manipulado como lo ha estado últimamente por las autoridades monetarias y siga inyectándose artificialmente tanta liquidez dineraria para rescatar Estados, bancos y grandes empresas, es de esperar que la popularidad y aceptación social y comercial de las monedas virtuales pueda experimentar todavía un mayor auge y acabe consolidándose como un instrumento neutral y barato de ahorro e inversión, con potencialidad para llegar a ser también un medio de pago aceptado en muchos sectores de la economía real.

La principal dificultad del dinero para poder convertirse en un medio de pago es que ofrezca confianza en sus destinatarios y de ese modo pueda ser aceptado por una comunidad amplia de usuarios. Y esto se consigue, sobre todo, si su valor se mantiene estable en el tiempo. En este sentido, la excesiva fluctuación de las monedas virtuales está tratando de ser corregida mediante mecanismos de estabilización. El constante desarrollo de monedas virtuales más estables (stablecoins), cuyo valor se controla y monitoriza periódicamente mediante algoritmos que administran la oferta monetaria y/o mediante la composición de reservas en dinero fíat depositadas en la banca comercial, hace pensar que esta alternativa podría terminar por ser real. En consecuencia, no se debe descartar, que, en un medio o largo plazo, algunas criptomonedas pudieran incidir seriamente en la política monetaria oficial.

Posiblemente, Bitcoin y Libra sean las dos monedas virtuales más conocidas por el gran público. Bitcoin, no solo es la primera criptomoneda de la historia, sino que, además, es la más importante en términos de capitalización. Libra, actualmente, todavía no es más que un proyecto en desarrollo, impulsado por varias multinacionales lideradas por Facebook. Existen diferencias muy importantes entre una y otra, y quizá, éste sea el motivo por el que la reacción al lanzamiento de Libra no haya tenido nada que ver con el impacto que en su momento supuso Bitcoin, ya que en el caso del proyecto monetario digital de Facebook pronto se encontró con la oposición de los organismos reguladores y supervisores, resistencia que en cambio no pudieron oponer a Bitcoin, que es un sistema descentralizado y desintermediado basado en un sistema blockchain no permisionado y por tanto de acceso libre.

Lo primero que se debe decir sobre Bitcoin es que se trata de una moneda verdaderamente descentralizada, es decir, no existe ninguna autoridad o institución que controle su creación ni flujo, ni pueda imponer unas reglas diferentes a las programadas en el protocolo del código original o a sus modificadas por las reglas de consenso establecidas. Bitcoin como tal no se emite, sino que se mina, a través de un software abierto que permite hacer operaciones peer-to-peer y desarrollar aplicaciones descentralizadas (Dapps). Bitcoin es por tanto una moneda virtual criptográfica y también de flujo bidireccional, es decir, se puede intercambiar por dinero fiduciario y viceversa a través de plataformas de intercambio (exchanges). Sin embargo, el valor de los Bitcoins no está vinculado a ninguna divisa fíat. Depende absolutamente de su oferta y demanda. En consecuencia, su valor puede llegar a ser enormemente volátil. Esta volatilidad ha hecho que Bitcoin se utilice mucho más como un activo de inversión que como un medio de pago en el tráfico comercial, como ya expusieron en 2015 Böhme y otros autores en el trabajo “Bitcoin: Economics, technology, and governance”, publicado en el Journal of Economic Perspectives (Vol. 2 Nº 29, pp. 213-238). Un ejemplo de la volatilidad de Bitcoin ha sido la caída que ha sufrido su valor, desde la explosión de la pandemia. En febrero, se estimaba que un Bitcoin valía en torno a 10.000 euros, pero con el estallido del coronavirus, Bitcoin sufrió un importante desplome. El 13 de marzo experimentó su mayor caída, en torno a un 50% de su valor. Desde entonces, se ha recuperado notablemente y ahora ronda los 8000 euros.

El funcionamiento de Libra nada tiene que ver con el de Bitcoin. De hecho, presenta algunas diferencias sustanciales, que hacen que la mera propuesta de Libra haya generado mucha cautela en las autoridades monetarias y bancarias. En primer lugar, Libra ha sido impulsada por Facebook y un consorcio de multinacionales. Cada integrante de la Asociación Libra ha adquirido licencias internas para poder emitir Libra. Mientras que en el caso de Bitcoin cualquier particular con un ordenador podía descargar su software y operar como minero y usuario, en el caso de Libra esta licencia es mucho más exclusiva, lo que en la práctica implica que no sea una moneda virtual descentralizada ni desintermediada, aunque de facto mantenga su emisión y control fuera del perímetro de los bancos centrales y comerciales.

A diferencia de Bitcoin, cuyo valor depende de su oferta y demanda, estando programada para tener un total de 21 millones de unidades minadas, el valor de Libra va a estar respaldado por una cesta de distintas divisas fíat, depositadas en cada jurisdicción en la que opere, junto con el desarrollo de un mecanismo algorítmico que administre su mercado y reduzca su fluctuación. Por lo tanto, es de esperar que su valor sea mucho más estable, dotándolo de la capacidad de ser un verdadero medio de pago que sustituya al efectivo y se integre dentro del comercio electrónico mundial como principal divisa electrónica.

En consecuencia, mientras que hoy por hoy Bitcoin se utiliza básicamente como un activo de inversión, para invertir, generar y proteger valor, Libra quiere nacer con la aspiración de ser un verdadero medio de pago, vinculado sobre todo a los servicios de mensajería y aplicaciones de Facebook y por tanto disponiendo desde su lanzamiento de una comunidad virtual, que potencialmente puede sumar alrededor de 2500 millones de usuarios (Facebook, Instagram, WhatsApp), una cifra que representa mucha más población que cualquier país o bloque regional en el mundo. Por tanto, el surgimiento de un medio de pago de este calibre en el marco del comercio electrónico mundial sin duda podría tener unas implicaciones geopolíticas muy relevantes.

Para que Libra pueda llegar a ser utilizada como medio de pago asociada a todas las aplicaciones del ecosistema Facebook y de otras empresas asociadas, su prioridad es resolver la estabilidad de su valor, para así dotar de confianza al comercio electrónico y funcionar como verdadera alternativa al dólar, aunque una parte de sus reservas esté conformada por la divisa fiduciaria hegemónica. De ahí que Libra pretenda ser, en la práctica, un medio de pago digital con paridad a la divisa fiduciaria de la jurisdicción en la que se ejecuten las transacciones comerciales, por lo que la clave no será su descentralización ni desintermediación sino el desarrollo del mercado de pagos virtuales mediante sistemas como Facebook Pay, WhatsApp Pay y otras plataformas de custodia de monederos electrónicos, que es donde estará el negocio, mediante comisiones por los servicios de transferencia de dinero dentro de los respectivos sistemas de mensajería de las redes sociales junto a la existencia de un marketplace global con productos y servicios ofrecidos por las empresas multinacionales del consorcio Libra, como Facebook Shops. Los rivales de este planteamiento tan desafiante no sólo serán los Estados, en un primer momento, sino también otros gigantes tecnológicos como Amazon, Google, Apple y Alibaba. Esta realidad contrasta claramente con Bitcoin, criptomoneda que nunca ha tenido un mercado real o tangible de bienes y servicios en el comercio electrónico, más allá de la Darknet y de unos pocos establecimientos minoristas que lo aceptan como medio de pago.

Dicho esto, puede notarse que por su funcionamiento y por su probable nivel de difusión social, Libra está más capacitada teóricamente para convertirse en una alternativa real y global al dinero fíat, y concretamente, al dólar. Pero si pronto nos situamos en un más que probable contexto de “guerra fría” entre China y EEUU, el dólar podría encontrar un gran aliado en Libra si finalmente se materializa el vínculo entre la Asociación Libra y el sistema bancario estadounidense y al menos de una parte del occidental, a través de la composición en dólares de la canasta mixta de divisas que le sirva de reserva. Esta medida permitiría vincular un medio de pago global y virtual con la moneda fíat de la gran potencia estadounidense. Pero todo esto debería tener un encaje a nivel técnico e institucional que no se antoja fácil ni rápido.

La atención estos días está puesta en las negociaciones entre el consorcio liderado por Facebook y el sistema de la Reserva Federal, y su relación con las otras autoridades y supervisores estatales, como Suiza, para la tramitación de las licencias oficiales que respalden jurídicamente el lanzamiento de estas actividades financieras. En todo caso, las disrupciones tecnofinancieras están siendo de tal calado que más pronto que tarde tendrá que ir cambiando la aproximación oficial y regulatoria de los Estados ante el fenómeno de las monedas virtuales. Facebook está siendo el pionero, pero no será el único agente disruptivo en los próximos años. El enfoque de prevención del fraude fiscal y de blanqueo de capitales podría ser oportuno ante Bitcoin, pero la aparición de Libra y de otras stablecoins a lo que desafía es a la soberanía monetaria de los Estados y a los grandes grupos bancarios, cada vez menos adaptados a las inquietudes de las nuevas generaciones de usuarios y a las necesidades de las nuevas formas de comercio electrónico.

La Unión Europea, China y otras potencias llevan en los últimos meses anunciando sus proyectos internos para un posible lanzamiento de sus respectivas monedas virtuales (Central Banks Digital Currencies o CBDC), respaldadas por la banca central, para competir con Libra, Bitcoin y otros criptoactivos. La filosofía detrás de las CBDC es completamente diferente, como lo demuestra el Yuan Digital (DC/EP), porque detrás de estas monedas virtuales se encuentra un Estado soberano, con una política monetaria y fiscal definida y dependiente en última instancia de sus intereses geopolíticos. Espíritu que contrasta con la intención desintermediadora de las relaciones económicas que sí está presente en las criptomonedas originarias. El desafío de las monedas virtuales no ha hecho más que comenzar.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (3)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios