El estudio, que en 2016, 2018 y 2020 había situado a los Países Bajos como el país que disfrutaba de un grado más alto de libertad moral en todo el mundo, aporta este año como novedad el sorpasso de Portugal, que alcanza así el liderato mundial en esta materia. En 2020, el país vecino ya estaba prácticamente igualado, a sólo una centésima de los Países Bajos, y en esta ocasión supera claramente la puntuación holandesa. Ambos países, junto con Bélgica (3ª), sobrepasan los noventa puntos sobre cien y obtienen la categoría de “libertad moral máxima”. Entre los países pertenecientes a la siguiente categoría (“muy alta libertad moral”) se encuentra España (7ª), que sube un puesto desde la edición de 2020. Obtienen un excelente resultado países como Canadá (4ª), Luxemburgo (6º), Australia (8ª), Suiza (9ª), Italia (11ª) o Alemania (12ª). Un poco más abajo se encuentran Argentina (25ª), Estados Unidos (27º), Francia (32ª) o Gran Bretaña (33º), todos ellos en la franja de “alta libertad moral”.
El peor resultado lo cosechan los regímenes de inspiración religiosa fundamentalista, cerrando la lista de ciento sesenta países analizados Irán (puesto 154, “muy baja libertad moral”), Sudán (155), Brunéi (156), Arabia Saudí (157), Emiratos Árabes Unidos (158), Yemen (159) y, en último lugar, Afganistán (160), único país que queda clasíficado con la etiqueta de “libertad moral mínima” al no alcanzar ni siquiera diez puntos sobre cien. También obtienen un mal resultado regímenes como el chino (puesto 121) o el norcoreano (125), ambos con “baja libertad moral”.
El índice toma los grandes debates morales y dilemas éticos de nuestro tiempo y clasifica a los países analizados en función del grado de intervención estatal en la toma de las decisiones correspondientes. Entre los indicadores empleados se encuentran cuestiones bioéticas como el aborto, la eutanasia o la gestación subrogada; las políticas en materia de drogas; el matrimonio entre personas del mismo sexo y su capacidad de adoptar; la libertad religiosa y la neutralidad religiosa del Estado, o las políticas en materia de libertad sexual.
Los coautores de esta cuarta edición son la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez, el profesor de la Universidad de Derby (Gran Bretaña) Yasuhiro Kotera, y Juan Pina, secretario general de la Fundación para el Avance de la Libertad, entidad española que edita desde 2016 este Índice. Juan Pina ha señalado que “la libertad moral es todavía la gran asignatura pendiente en más de la mitad de los países del mundo, y en 2022 observamos una cierta tendencia de retroceso que, de confirmarse en los años siguientes, merecerá un estudio en profundidad y medidas para la protección de este espacio de libertad del ser humano”. “No puede darse un alto nivel de libertad política ni económica si no hay un nivel equivalente de libertad moral”, ha declarado, señalando que “el alto nivel de libertad moral de España la sitúa como uno de los diez países líderes del mundo en esta materia, pero aún es necesario mejorar en diversas áreas, como la gestación subrogada”.