EDITORIAL
¿Dónde está nuestro dinero?
martes 21 de octubre de 2014, 14:31h
Los ciudadanos se enfrentan en estos momentos a una suerte de “corralito” a la española: de los casos de Fórum Filatélico y AFINSA se ha pasado a las “preferentes”, un sistema mucho más sutil de quedarse con el dinero de los pequeños ahorradores porque ha precisado de la colaboración y connivencia repugnante de los responsables de determinadas entidades financieras que se prestaron a tales prácticas. Los casos de corrupción política acechan en las mentes de los ciudadanos y las dudas planean en los pensamientos nocturnos.
Resulta que coincide además que los responsables de las Cajas o han sido políticos, o han sido colocados por ellos, porque los consejos de administración estaban compuestos en su mayor parte por una serie de personajes impresentables que acudían a las sesiones simplemente para votar lo que se les decía y cobrar sus gruesos emolumentos. Entre dichos consejeros y consejeras, primos, hijos sobrinos o socios de numerosos políticos ya señalados por la justicia en otros casos de cohecho, corrupción, malversación de caudales públicos y prevaricación
La cueva de Alí Babá, llevada al máximo exponente del saqueo público. Una vergüenza nacional. ¿Qué pintaba la hija de Zaplana en el Consejo de Caja Madrid? ¿Quién era Ricardo Romero de Tejada, antiguo alcalde de Majadahonda, para estar también sentado en dicho Consejo? Y así tantos y tantos otros, que aseguran no saber nada de cómo se manejaban dichas instituciones. Pero, ¿dónde está el dinero?
Resulta que los ladrones de las Cajas de Ahorro son los mismos perros que llevan los collares de corrupción de los partidos políticos. Los que nos han quitado el dinero a los pequeños ahorradores, son los mismos que se han llevado los maletines –o más bien maletas-, a las cuentas opacas de Suiza o Bahamas. Cuando ahora leen las portadas de los periódicos y la cara de indignación de las gentes, ríen a mandíbula batiente con la mueva del criminal fugado.
Y son los mismos que deben ser juzgados y sobre los que la Justicia deberá dictar veredicto. Pero son también los mismos sobre los que la ciudadanía deberá dictar su propio veredicto, un veredicto que no se olvida fácilmente. Muchas de sus caras nos suenan ya de antiguo.
Ha desaparecido el dinero público, los caudales de las cuentas públicas de las Administraciones –local, autonómica y Estatal- han quedado vaciadas, también las de los partidos, también las de las Cajas… ¿Dónde está nuestro dinero? ¿dónde el honor de nuestra patria?