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Vivimos momentos de incertidumbre, lo que no es negativo sino que, simplemente nos obliga a ser más cautelosos y precavidos, sin perder la capacidad de emprender, de sumar, de crecer. La propia patronal de empresarios CEOE lo ha verbalizado cuando ha hecho alusión a que el endurecimiento de las condiciones financieras por parte de la banca tradicional va a elevar el coste de los nuevos préstamos y probablemente va a llevar a esas entidades a exigir requisitos adicionales al renovar las líneas de crédito ya vigentes. No podemos obviar que las medidas que de manera continuada ha puesto en marcha el Banco Central Europeo en la intención de controlar la inflación, y que han pasado por la subida de tipos de interés oficiales, han puesto en guardia a las empresas, que ya inician 2023 a sabiendas de que van a tener que explorar nuevas fórmulas para allegar liquidez y mantener sus proyectos en pie, sin caer en la parálisis ni mucho menos la resignación.