Según el Eurobarómetro de Ipsos para la Comisión Europea
· La práctica corrupta más habitual señalada por las empresas españolas es la de que las instituciones y organismos públicos hagan favores a amigos o familiares
Montesquieu, el filósofo francés que articuló la teoría de la separación de poderes, que es la base del actual concepto de democracia, una vez dijo: «Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad». Esta frase define a la perfección el delito de la corrupción, uno de los más comunes en todo el mundo, y que en su esencia mina la confianza de la sociedad en las instituciones y empresas. Ipsos, en su Eurobarómetro realizado para la Comisión Europea, ha querido sondear la percepción de las empresas en la Unión Europea sobre el nivel de corrupción existente actualmente en sus países. El estudio, que analiza la opinión de empresas representativas en diferentes sectores clave de los 27 estados que componen actualmente la Unión Europea, revela que el 63% piensa que la corrupción está extendida en la región. Un porcentaje significantemente inferior al de España, donde sus compañías creen, en un 86%, que la corrupción está extendida por el país, colocándose en séptima posición del ranking de la Unión Europea, solamente por detrás de países como Croacia (93%), Chipre (92%), Italia (92%), Grecia (90%), Rumania (88%) y Bulgaria (87%).