Pablo Casado se ha enrocado. Ha convocado para este miércoles a los barones con el fin de que le apoyen para convocar a la Junta Directiva Nacional para el próximo martes 1 de marzo a la Junta Nacional, la cual compuesta por más de 300 personas reúne a la gran mayoría del aparato político del partido, en su mayoría, como sucede con todos los aparatos de los partidos en donde se coloca, por diversas vías, a los fieles al líder de turno. No obstante, es muy previsible que los barones no apoyen su propuesta de convocatoria. Tienen ahí los barones su prueba del algodón, aunque siga siendo potestad de Casado convocarla. Sea cual sea el resultado, el próximo martes le tocará al turno a la Junta Directiva Nacional, si se convoca.
Ahora bien, no nos engañemos. Esa prueba se centrará en la política de gestión interna del partido. No abordará la política nacional. En todo caso la realidad de los hechos acontecidos debería llevar tanto a los barones como a la Junta Nacional a una clara toma de posición.
El viernes 17 de febrero Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, emitió un comunicado con un fuerte ataque a Pablo Casado y a su equipo en el que decía: “nunca pude imaginar que la dirección nacional de mi partido iba a actuar de un modo tan cruel y tan injusto contra mí. No puede haber nada más grave que acusar a alguien de la propia casa, con responsabilidades de gobierno, de corrupción. Y hacerlo sin pruebas metiendo por medio a mi familia, que nada tiene que ver con política.
“Además, lo hacen desde el anonimato…Que la oposición me ataque es lógico; pero que lo haga la dirección de mi partido porque quiero presentarme al Congreso del PP de Madrid es insensato.
“desde hace unos meses, distintos medios de comunicación han venido denunciando que dirigentes del Partido Popular estaban creando un dosier contra mí, vinculándome a algún asunto de corrupción, especialmente, referido a mi familia”
“La realidad es que, si dirigentes del Partido Popular quisieran aclarar algún contrato, tan solo tenían que pedirlo, ya que todos están en el portal de Transparencia. Por tanto: el hecho de preparar un dosier no era para buscar ninguna verdad, sino para desprestigiarme personal y políticamente.
El contrato al que se refieren…. es un contrato de 1 de abril de 2020, realizado en momentos de pandemia cuando todas las administraciones buscaban mascarillas durante la primera ola y faltaba material sanitario en todo el mundo.
Pregunté a mi hermano quien me confirmó que había mantenido relaciones comerciales con esa empresa y que todo era completamente legal. Que todo está regulado ante Hacienda y declarado. El que dirigentes del Partido Popular hayan actuado así es un hecho gravísimo, que no he querido denunciar porque por encima de todo me importan Madrid y España, porque la situación nacional es gravísima y porque el Gobierno de la Nación está destrozando este país y no debemos despistarnos.
Y finalmente retaba a los emboscados: espero que la Dirección Nacional del Partido Popular pruebe que yo obligue a hacer ningún contrato con nadie. Que prueben que ha habido tráfico de influencias. Que prueben que ha habido un solo contrato irregular. Que prueben que yo no soy honrada”
El viernes, 18 de febrero, Pablo Casado entrevistado en COPE, ha señalado que le llegaron informaciones de que el hermano de Ayuso, había obtenido una comisión de 286.000 euros por la adjudicación de un contrato de la CA de Madrid para compra de material sanitario, lo que ponía en duda la honorabilidad de Ayuso.
Además, señaló que sus reticencias a que se convocara el Congreso del PP de Madrid para elegir al presidente del partido, se debían a que Ayuso no había dado respuesta interna a esta petición de información que le había hecho Casado personalmente a Ayuso,
Esa misma mañana entra Ayuso en COPE por teléfono y señala que “lo que más me duele es tener que demostrar su inocencia y salir a defenderse” “No sé de dónde han sacado esa cifra”.
Unas horas después Ayuso lanzó otro comunicado, muy detallado en el que dice lo siguiente: “Como la honorabilidad del Gobierno de la Comunidad de Madrid y mía personal esta puesta en tela de juicio por la Dirección Nacional de mi partido, me veo obligada a informar de lo siguiente: Tomas Díaz Ayuso envío a la empresa Priviet Sportive 4 facturas en el año 2020.
La factura de 30 de junio de 2020 fue por gestiones para la compra de mascarillas en China, vendidas a la Comunidad de Madrid a 5€ cuando los precios en ese momento llegaban a 10,5€. En ese momento, abril de 2020, las siguientes empresas vendieron mascarillas a precios superiores: Biogen: FP3: 10,5 €; Palex FFP2: 6,5 €, Lost Simetry: FFP2: 6 €; Helianthus: FFP2: 5,95€; Barna: FFP2: 5,30 €
La factura a Priviet Sportive no es una comisión por obtener el contrato de la Administración, sino el cobro de las gestiones realizadas para conseguir el material en China y su traslado a Madrid, que es distinto. Es una contraprestación por su trabajo, no una comisión por intermediación. Esa factura es de 55.850€, más IVA. Del resto de las facturas no tengo que dar cuenta porque no tienen relación con la Comunidad de Madrid y mi hermano tiene derecho a su privacidad.
Espero que con esta explicación nadie dude de mi honorabilidad ni de mi ejemplaridad. Insisto en que nunca influí para la compra de mascarillas a esta empresa, y que supe de ese contrato cuando me informó Pablo Casado, no antes”
Ante estos hechos Casado, a diferencia de Ayuso, se ha abstenido de emitir comunicado alguno. Tampoco ha aceptado cesar a Teodoro García Egea, al que se atribuye ser el artífice de esta indigna conspiración. No cabe que pidan el atenuante de que les han engañado porque tampoco han sido capaces de denunciar la fuente del engaño. Además, han sido ellos, los que han cocinado e interpretado la información que hayan recibido. Solo les queda irse. Por ello los barones y también la Junta Nacional lo deberian tener muy claro. Todo el tiempo en que demoren su toma de posición será malo para el PP. Una vez que hayan puesto fuera a Casado y a su equipo, será cuando deban enfrentarse a la auténtica prueba del algodón: posicionarse de verdad ante la política nacional que España necesita.