Este billete semanal, trágicamente, no puede dejar de versar sobre la invasión abrupta y brutal de toda Ucrania. Un ataque por tierra, mar y aire sin duda anunciado, pero que sorprendió a (casi) todos, por supuesto al que suscribe, por su volumen , intensidad y objetivo: toda la Nación ucraniana. Los antecedentes de Georgia, Transnitria o Crimea hacían vaticinar la ocupación del Donbass y zonas aledañas, ya prácticamente en guerra. Es eso, exactamente eso, lo que ha convertido esa luctuosa acción en un punto singular de la Historia en la que ya nada será igual. Les hacemos notar que si Rusia hubiese ocupado sus pequeñas (para la dimensión de Ucrania) zonas fronterizas pro rusas, hubiese habido rasgado de vestiduras, sanciones económicas como cuando Crimea, grandes condenas altisonantes y…la vida seguiría igual. Como cuando Georgia; pasó y no hubo nada. Pero Putin ha invadido Ucrania, hasta Kiev, su corazón y cabeza.
Aunque su intención no sea “quedarse” y anexionar todo, lo que está por ver, la forma de actuar, militarmente, lo ha cambiado todo. Es un gran dato a tener en cuenta, y por eso es tiempo de aguantar la respiración. Entre otras cosas porque no nos lo esperábamos, y eso es lo que ya ha cambiado. Les recordamos que Alemania acaba de aprobar una dotación extraordinaria de 100000 millones de euros a la potenciación de su ejército, hace tres días. Teniendo en cuenta que su presupuesto 2022 era de 55000 millones, estamos hablando de palabras muy mayores. Alemania ha abandonado de un día para otro el pensamiento Alicia e, insistimos, nada será igual en Europa.
¿Por qué retener la respiración? Porque no sabemos si Putin ha decidido escoger un golpe de efecto estratégico a corto y medio plazo para convertir Ucrania en un Estado satélite /tampón, o si su objetivo es mucho mayor a corto y medio plazo, le cueste lo que le cueste. En el segundo escenario, las probabilidades de una catástrofe gigantesca, con posibilidad de holocausto, en Europa, son terribles. Y, aunque no creemos aún en ese escenario, ha habido un muy mal y desastroso indicio de que es verosímil, y han sido las advertencias/amenazas contra Suecia y Finlandia.
Pero, aunque Putin mantenga la cordura frente a la destrucción de una guerra masiva, no ha dejado de dejar muy claro tres casos: 1/ cuáles son sus objetivos a largo plazo, que son “todo”, 2/ que conoce muy bien la terrible debilidad militar de esta Europa desunida, diluyéndose en sus nuevos nacionalismos de pandereta y su pensamiento Alicia y 3/ que está dispuesto a utilizar la total potencia y brutalidad bélica cuando llegue el caso.
Eso es lo relevante, lo abrumador, lo cegador, para cualquier hombre/mujer de Estado en este momento. Si no es demasiado tarde, si nos dan un poco de tiempo, es hora de unirnos, de cambiar prioridades urgentemente, y de movilizar y reorientar nuestro discurso y pensamiento político si queremos entregar a nuestros descendientes una sociedad tan libre, próspera y humanista como la que heredamos en Occidente.