Análisis y Opinión

Ucrania: las ‘Big Tech’ entierran su neutralidad

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

Alfonso Merlos | Domingo 17 de abril de 2022

Todo fue y nació como un espejismo. De repente, las reglas del juego han cambiado. ¿O no? La idea de que las redes sociales se configuraron y operaron como simples autopistas de la comunicación que sus propietarios, las grandes tecnológicas (‘Big Tech’) ponían gratis y sin interferencias para el mejor uso, siempre soberano, del consumidor/internauta ha sido completamente fulminada en el marco de la guerra de Ucrania.



Se veía venir. Hacia ya años que plataformas como Facebook o Twitter actuaban de facto como un medio de comunicación más: como un periódico, como una cadena de radio o televisión; con su línea editorial, con sus propuestas, con su propia ideología y con un concepto de la vida, en sociedad o en política o en economía, que hacía prevalecer sobre el resto, relegando o incluso censurando a ‘ese resto’.

No. Acaso en puridad en su fase más embrionaria lo fueron, pero en el marco reciente ya de procesos como el Brexit o las últimas elecciones en Estados Unidos, había quedado patente que esos gigantes, conscientes de su poder, no eran neutrales; en modo alguno; ya sí tomaban partido para moderar, para jerarquizar, para priorizar… para arremangarse y censurar unas cuentas o, por el contrario, elevar el protagonismo de otras por obra y gracia de ‘el algoritmo’, cuyo poder de influencia y alcance supera hoy al de todos los directores de los medios más prestigiosos del mundo juntos… y por separado.

Atrás, muy atrás quedaron esos años en los que las redes sociales no podían hacer nada frente a los que, por ejemplo, justificaban el Holocausto, porque eran “espacios libres”, que no intervenían en relación a las doctrinas que se defendían o ponían en circulación, más allá de su veracidad, de su falsedad, de su peligrosidad.

Hoy, de una manera totalmente natural, los gestores de esas redes sociales han vetado cuentas oficiales u oficialistas rusas y el referido ‘algoritmo’ ha propulsado hasta las máximas cotas de visibilidad a aquellas otras que defienden la heroicidad del pueblo ucraniano.

Lo de menos es que podamos intervenir o condicionar esta realidad. Lo de más, hoy por hoy, es comprenderla para interiorizarla y poder reaccionar ante el modo y manera en que, de nuevo mediante fuertes procesos de manipulación tecnológica y no ya ‘a golpe de click’ sino ‘a vistazo de smartphone’, está emergiendo en 2022 una nueva opinión pública global.