Así lo demuestran los resultados de las reformas emprendidas en Uzbekistán por el presidente Shavkat Mirziyoyev. La política exterior se percibe como un área capaz de proporcionar las condiciones necesarias para la aplicación de las reformas económicas. Las transformaciones de Shavkat Mirziyoyev son muy pragmáticas: no se trata de cambiar por cambiar, sino de un cambio destinado a modernizar todas las esferas de la sociedad y del Estado para mejorar la vida de personas concretas. Uzbekistán es un gran país con una población en rápido crecimiento que se acerca a los 34 millones de habitantes. Proporcionar a la población de este país un nivel decente de ingresos, educación y asistencia sanitaria en un entorno internacional tan complejo es una tarea muy difícil, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos problemas se han descuidado en el pasado y no se han abordado adecuadamente.
Como demuestra la experiencia mundial, el éxito del desarrollo de un país depende en gran medida de la medida en que las estrategias nacionales de desarrollo a corto, medio y largo plazo en política interior y exterior estén alineadas entre sí en cuanto a sus metas y objetivos.
Casi inmediatamente después de que Shavkat Mirziyoyev llegara al poder en Uzbekistán, las prioridades de la política exterior se revisaron cardinalmente y la labor de atracción de inversiones extranjeras, asistencia financiera y técnica, nuevas tecnologías, así como la ampliación del flujo de turistas y el aumento de las exportaciones a los mercados mundiales alcanzaron un nivel cualitativamente nuevo.
El éxito general alcanzado en la aplicación integral de las reformas en los últimos años se ha visto reflejado en una serie de índices de reputados organismos internacionales. Por ejemplo, el Índice de Libertad Económica (lndex of Economic Freedom) de la Fundación Heritage aumentó en 52 posiciones, el Índice de Desempeño Logístico - en 19 posiciones, el Índice Doing Business del Banco Mundial - en 18 posiciones. En la clasificación del riesgo crediticio por países de la OCDE, Uzbekistán pasó de la 6ª a la 5ª categoría. Uzbekistán ha realizado importantes avances para convertirse en beneficiario del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG+) de la Unión Europea.
Para acelerar el crecimiento económico, Uzbekistán ha revisado radicalmente su estrategia de cooperación con las organizaciones internacionales: se ha establecido un mecanismo de coordinación en estructuras como la ONU, la OCS, la CEI, el Consejo Turco y la OMC. Uzbekistán se ha convertido en miembro de más de 100 organizaciones internacionales diferentes y es parte de más de 200 tratados multilaterales internacionales.
En la emergente economía digital mundial, el éxito de un Estado está cada vez más determinado por el desarrollo de su sistema educativo. Los reformistas uzbekos son muy conscientes de ello. Se han adoptado varios decretos y resoluciones presidenciales, entre ellos: "Sobre las medidas para seguir desarrollando el sistema de enseñanza superior"; y "Sobre las medidas adicionales para mejorar la calidad de la enseñanza en las instituciones de enseñanza superior y garantizar su participación activa en las reformas a gran escala que se están llevando a cabo en el país".
La educación es uno de los ámbitos más prometedores para el desarrollo de la cooperación con Uzbekistán. De hecho, podemos decir que las reformas uzbekas han llevado a una expansión sin precedentes de las estructuras educativas españolas en Uzbekistán.
En resumen, la revisión simultánea de las prioridades de la política interior de Uzbekistán y los enfoques para promover su política exterior han dado resultados positivos. La economía del país se ha duplicado, los flujos de inversión se han multiplicado, las relaciones con los socios tradicionales se han reforzado y el círculo de contactos en política exterior se ha ampliado.
También se puede afirmar que en los últimos cinco años se ha ido configurando el fenómeno de la política interior y exterior del Nuevo Uzbekistán, todo lo cual abre amplias oportunidades y perspectivas para el futuro desarrollo del país.