No es lo mismo la soledad que el aislamiento social. La soledad es un sentimiento angustioso que puede ser subjetivo. Hay quien vive solo y no por ello se siente mal, y hay quien convive con su pareja 24 horas al día y se percibe como tremendamente solo. En cambio, el aislamiento social es la falta objetiva de contactos, la ausencia de personas con las que interactuar regularmente. Con la edad, el aislamiento social suele ir en aumento y, consecuentemente, también los sentimientos de soledad. Aunque, según datos que maneja TK Home Solutions, la compañía líder en salvaescaleras para el hogar, en uno de cada cuatro hogares vive una persona sola y cerca de la mitad de ellos son mayores de 65 años. Además, no hace falta ser mayor para sentirse solo: un 32 % de las personas de entre 45 y 55 años que ocupan un hogar unipersonal dicen llevar mal la situación, mientras que un 47 % de 65 años en adelante expresan malestar con la falta de compañía. El número de quienes viven solos crece cada año, lo cual es preocupante porque la soledad y el aislamiento social están considerados un grave problema de salud pública.
Aumenta el riesgo de demencia, alzhéimer y la probabilidad de tener accidentes cerebrovasculares.
Puede ocurrir de forma repentina, por algún suceso concreto, como el fallecimiento del cónyuge o la separación de la pareja, por mudarse a una nueva casa en un lugar alejado del anterior, por un accidente, etc., pero hay algunas causas que predisponen claramente a la soledad:
Tener bajos ingresos. Las personas con menos recursos económicos tienen menos posibilidades de salir, viajar, practicar actividades dirigidas y socializarse.
Sin pareja. Aunque es cierto que la buena o mala relación de pareja influye, los casados, por regla general, se sienten menos solos que los solteros o los separados y divorciados.
Ser inmigrante. No vivir en el país de origen, rodearse de una cultura ajena, desconocer el idioma y no contar con una red familiar cercana son factores de riesgo para la soledad.
Lugar de residencia aislado. Hay mayor porcentaje de personas que se sienten solas en las grandes ciudades que en las áreas rurales, y no es lo mismo vivir en una zona aislada que rodeado de gente.
Red social pobre. Las personas que no cuentan con buenas relaciones familiares y que no han conservado amistades cercanas sufren mayor aislamiento y soledad no deseada.
Barreras arquitectónicas. Suponen un grave factor de aislamiento. Las ciudades, a menudo, ignoran las dificultades que sufren las personas con problemas de movilidad. Las soluciones salvaescaleras permiten ayudar a la gente a moverse en su vivienda y poder salir y entrar fácilmente a ella. Los expertos de TK Home Solutions recuerdan, además, que las comunidades de vecinos están obligadas a implementar soluciones que eviten la exclusión social de sus vecinos instalando salvaescaleras, ascensores, rampas, etc.
Cumplir años. Con el paso del tiempo, es normal que la pareja o algunos amigos fallezcan, que cueste más desplazarse, que aparezcan problemas de salud, enfermedades crónicas, etc.
Pérdida auditiva. La edad suele acarrear también hipoacusia, pero tiene remedio, siempre que se tomen medidas a tiempo. Es importante no retrasar el uso de audífonos, porque la sordera es un factor de aislamiento de primer orden, a muchas personas les cuesta conversar con quien no oye o a quien hay que estar permanentemente gritando.
Poca formación tecnológica. Invertir en dispositivos informáticos y ser solvente en el uso de aplicaciones de videollamada ayuda a no aislarse. Pero, ojo, las redes sociales, pese a su auge e implantación en personas mayores y de mediana edad, no parecen tener efectos positivos para paliar la soledad: su efecto llega, en algunos casos, a ser contraproducente.
Igual que practicamos el autocuidado tomando una dieta saludable o haciendo ejercicio de manera habitual, se recomienda trabajar activamente por mantener el contacto social, porque redunda en la salud mental y física. Hay que programar un tiempo diario para socializar, ya sea presencialmente, por mail, teléfono, etc., para compartir los sentimientos con otros y alimentar las relaciones. Los expertos de TK Home Solutions ofrecen algunas ideas:
Conectarse con la familia
Conocer a los vecinos
Hacer voluntariado
Alquilar una habitación
Recuperar viejos amigos
Apuntarse a clases
Tener una mascota
Hacer ejercicio en grupo
Timbas caseras
Actividades religiosas
Leer y comentar
Compartir recetas
Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TK Home Solutions ha comentado: “Se puede vivir solo, pero no sentirse en soledad. Los efectos adversos que el aislamiento social provoca en la salud son devastadores. Por ello, desde TK Home Solutions, animamos a nuestros mayores a pedir ayuda para combatir la soledad no deseada y a trabajar por mejorar y aumentar sus relaciones. Es necesario también ser flexibles, hacer renuncias para compartir vivienda o habilitar espacios con zonas comunes y, muy importante, acondicionar el hogar para poder moverse, salir y entrar sin barreras”.