Durante estos meses ha estado ingresada en el Hospital de La Paz en coma inducido. Hoy, no sólo se confirma la evolución favorable sino que los médicos descartan daños cerebrales. Con la evolución de la paciente experimentando cierta mejoría desde la semana pasada, la sedación se redujo considerablemente y ahora el equipo médico de La Paz ha comenzado las diferentes intervenciones destinadas a recuperar parte del tejido necrosado.
Fuentes de la clínica Ceme, en la que Silvia se sometió inicialmente a una operación estética, han manifestado de nuevo que confían y esperan que la recuperación de esa infección llegue pronto. Y esto, no sólo en el convencimiento pleno de que la citada infección no se produjo en el centro sino de que es ajena tanto a la intervención como a las horas en que estuvo ingresada. Aún más, en breve entienden que se podrá disponer de un informe pericial que acredite totalmente su versión como la cierta, entre comentarios y acusaciones que la han puesto en el punto de mira.
El doctor que intervino a la paciente no hizo ninguna perforación, como ya habrían acreditado fehacientemente ante los investigadores. Incluso el tipo de bacteria que le causó la septicemia a Silvia no es compatible con una mala praxis médica por parte del centro.
Como es ya de dominio público, Silvia no sólo salió sin problemas o complicaciones sino que salió contenta de la clínica y así lo exteriorizó. Cuando llamó casi una semana después para decir que se encontraba mal, se le dio cita inmediatamente en el hospital en el que estaba el médico que la había operado, quien la tuvo en observación monitorizándola durante once horas y le dio el alta tras hacerle varias pruebas y comprobar que ya no tenía fiebre ni síntomas.
Al día siguiente, cuando la paciente volvió a acudir porque se sentía peor, los facultativos la vieron inmediatamente y, al constatar que esta vez sí parecía estar grave, determinaron su traslado inmediato en ambulancia a La Paz. Sin embargo, y como ha trascendido en los últimos días, la clínica Ceme se ha visto obligada a denunciar a un grupo de personas que han aparecido aprovechando el revuelo mediático para presentarse ahora como afectados por el centro, empleando malas artes y recurriendo a actuaciones presuntamente ilegales que ya obran en poder de los tribunales.