Análisis y Opinión

El ‘bono-nini’, el neocaciquismo socialcomunista y la anestesia de España

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

Alfonso Merlos | Domingo 31 de julio de 2022

En la España de Sánchez, además de votar, puedes disfrutar ahora de los 400 euros del Bono Cultural Joven solicitando una ayuda al gobierno, y accediendo así a productos, servicios y actividades ‘culturales’, entre las que por descontado no se encuentra la Tauromaquia, a pesar de la protección internacional e inmaterial de la que goza. No sólo se podrán destinar, a través de esta ocurrencia, hasta 200 euros a cine y conciertos o 100 euros más a discos sino que se dispondrán adicionalmente de otros 100 euros para videojuegos. Una auténtica pasada, por lo visto.



Es verdad que, al mismo tiempo, en esa misma España de Sánchez, puedes padecer en esa edad joven la imposibilidad de acceder al mercado de trabajo, o la imposibilidad de alcanzar un puesto con un mínimo de dignidad en sus condiciones económicas. También en esa España de Sánchez, siendo joven, puedes sufrir la desgracia de ver cómo un padre que se ve obligado a echar la persiana porque el gobierno le ha perseguido, expoliado y vaciado los bolsillos vía tasas e impuestos que sirven para engordar a una administración política que ha escalado hasta las cotas más altas de ineptitud -incluso de idiotez en las formas y el fondo- jamás imaginadas en la historia de la democracia.

Resulta sangrante, obsceno, inconcebible y casi surrealista que camino de 2023, en una vieja nación de Europa como la nuestra, con una sociedad en apariencia desarrollada y hasta con un punto de exigencia a sus dirigentes, exista un presidente que sea capaz de volver a los estilos y las artimañas decimonónicas y anteriores de caciquismo y compra de votos. Resulta increíble que la población no reaccione con la contundencia y el rechazo que debiera.

Y, más importante, resulta ya ineludiblemente de rabiosa urgencia que un adelanto electoral permita una alternativa a la más dañina coalición social-comunista jamás concebida en los tiempos recientes. No habrá otra manera de expulsar del ejercicio de sus funciones a una colección de auténticos patanes que están arruinando a un país entero, que se están burlando de sus gentes y que han rebasado todos los límites de lo provocador y lo cretino, de lo sectario y lo tercermundista.

Se ha convertido en una insoslayable necesidad nacional ladear a una tropa que acredita cada día su capacidad para ahondar en los daños y los perjuicios a todos, su inclinación a parasitar a las capas productivas de una España, todavía de Sánchez, que se deshilacha.