Cinco ciudadanos, de un grupo de 50, han podido expresarse en persona esta mañana en Moncloa ante el presidente del gobierno. La comunicación interpersonal ha iniciado el curso político como estrategia que busca el acercamiento de los gobernantes con la ciudadanía. Han sido cinco personas, las que delante de un atril, han manifestado sus quejas, dudas y opiniones. Estos ciudadanos han hecho un esfuerzo muy interesante de expresión y lenguaje para centrar la atención del presidente, unos con texto delante, alguno sin papeles y otros en formato mixto.
Todo un gran ejercicio de comunicación por parte de ellos, con la limitación y dificultad que presenta tener un atril delante, que marca una barrera entre el que habla y los que escuchan. Una puesta en escena más informal, donde los ciudadanos hubieran podido hablar sentados, alrededor del presidente, más relajados, como en el salón de casa, hubiera facilitado su comunicación verbal y no verbal, la cercanía del encuentro, y facilitado la proximidad con el presidente, que con el texto delante, apoya constantemente los datos con el lenguaje gestual de rostro y manos.
Lo que más ha llegado al espectador de estos cinco representantes, y su éxito de comunicación, ha sido la pasión y firmeza con la que han preguntado y explicado sus inquietudes para centrar la atención del presidente y de los que han seguido el encuentro. No era fácil, porque el formato tenía para ellos la dificultad de similitud con un programa de televisión, con presentadora que les daba paso y cámaras delante.