Análisis y Opinión

¿Qué buscan quienes piden olvidar los 380 crímenes de ETA sin resolver?

La banda criminal ETA tuvo una larga vida de crímenes y asesinatos que se prolongó en España a lo largo de sesenta años de historia entre 1958 y 2018.

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

Alfonso Merlos | Domingo 15 de enero de 2023

Hace apenas unos meses se publicó un documento que debería avergonzar a España entera. Al menos a esa España que cree verdaderamente en una democracia ligada indisolublemente a un sistema de libertades que ha de ser defendido cada día. En la obra “379, los crímenes de ETA sin resolver", se recopilaban precisamente aquellos asesinatos de la banda terrorista que siguen ayunos de sentencia y condena, nada menos que el 44% del total. Una barbaridad y un fracaso sin paliativos: no se conoce a sus autores y, por ende, no se ha hecho Justicia.



¿Podemos imaginar por un instante el sufrimiento de tantas familias rotas, desesperadas, hundidas en su dolor ante este panorama todavía en 2023? Tiros en la nuca, coches-bomba, secuestros, campañas de extorsión, persecución de las personas que alzaban las manos blancas… una auténtica pesadilla con culpables que no han sido apartados y apresados por serlo. ¿Tanto nos ha afectado como sociedad la desmemoria o el blanqueamiento institucional de estas miserables ratas que tanto daño nos hicieron como país? ¿Hemos perdido ya nuestra capacidad de reflexionar no sobre cómo se ha tratado en el pasado a las víctimas del terrorismo sino sobre cómo se las trata hoy desde las gradas del Estado de Derecho y los fondos (norte y sur) ocupados por los partidos políticos?

Es por ello que sorprende (o no) la prisa o los intereses que pueden abrigar algunos por pasar (dejando trabajo democrático por hacer) la página del terror). Y es por ello que quizá merece una explicación el que se ha filtrado como “compromiso” que Feijoo habría adquirido con Semper antes de reclutarle para hacer campaña: el nuevo portavoz ha convencido a la dirección nacional del PP de que “se tiene que dejar de hablar de ETA”.

Produce verdadero pasmo y tristeza incontenible que quien ha sido nominado precisamente para llevar el mensaje público del partido político que más ha combatido a una organización de asesinos y más ha sufrido en sus carnes los zarpazos de esa organización de asesinos pida un manto de silencio sobre las matanzas y crímenes selectivos que aún la Justicia persigue por ser perpetrados por esa banda de asesinos.

Incluso asumiendo la descacharrada tesis de que el Estado de Derecho ha derrotado a ETA: ¿cómo le contamos a los familiares que piden memoria, dignidad y justicia que se pretende ahora la impunidad (también la del relato) para estos malhechores? ¿pueden los políticos que tan inhumanamente se muestran, en su vileza y su enanismo, mirar a los ojos a una viuda o a un huérfano y decírselo sin que se les caiga la cara de vergüenza, en caso de que todavía les quede un gramo?

Al nazismo también le derrotaron las democracias europeas y la gran democracia americana. A los criminales que tanto daño hicieron a la Humanidad también se les procesó y se les juzgó. Pero qué deplorable y cuanta canallería podría entrañar ver y escuchar hoy a un ciudadano europeo (judío o no) pedir que se pasase la página de aquel terror de esvástica y antorchas y cámaras de gas, y que se guardase silencio sobre el mismo… buscando no se sabe qué: si son votos, mal; y si es otra cosa, peor.