El inicio de 2023 se está caracterizando, sin duda, por los altos niveles de volatilidad en el mercado de divisas. Primero, impulsados por el optimismo por la reapertura de China y la reducción del tipo terminal implícito para la Fed tras unos datos de inflación más débiles. Después, por el posterior giro del dólar ante la creciente preocupación por una inflación subyacente más persistente. Este último punto es el que más preocupa a los mercados en estos momentos y se espera que continúe siéndolo hasta que los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) empiecen a confirmar que existen riesgos al alza para sus previsiones de diciembre o hasta que los signos preocupantes que vimos en los datos de enero se extiendan a los de febrero. Pese a que se especuló con la posibilidad de que la publicación de las actas de la reunión de la Reserva Federal del 1 de febrero tuviera ese efecto, creíamos que era poco probable, ya que la última decisión de la Reserva Federal se produjo antes de la publicación de los datos de enero. Finalmente, esto resultó ser correcto, ya que «casi todos» los participantes del FOMC se mostraron a favor de un cambio a la baja a una subida de 25 puntos básicos en la reunión de enero, lo que sugiere que incluso los halcones están empezando a preocuparse por los posibles efectos retardados de las subidas de tipos del año pasado y preferirían tomar un camino más conservador de cara al futuro. En nuestra opinión, esto significa que es poco probable que la Reserva Federal acelere el ritmo de subidas en marzo y que se moverá en incrementos de 25 puntos básicos a partir de ahora para evitar transmitir señales de pánico. Por lo tanto, para que el dólar siga subiendo, el énfasis pasa a estar en la duración del ciclo de subidas y en si se prolongará más allá de la reunión de junio, llevando los tipos por encima del extremo superior de las previsiones de diciembre de la Reserva Federal (5,25-5,5%). Una vez más, para que los mercados acepten este escenario, es probable que necesiten la confirmación de los miembros principales de la Reserva Federal o nuevos datos alentadores, aunque lo más probable es que se trate de una combinación de ambos. En este sentido, hay pocos datos en el calendario antes de los datos del ISM de la semana que viene y los datos de las nóminas no agrícolas de febrero de la semana siguiente. Sin embargo, y hasta entonces, es probable que la volatilidad general del dólar experimente una pausa temporal.
Como durante gran parte de la semana, las negociaciones entre el Gobierno británico y la UE sobre el protocolo de Irlanda del Norte centraron la atención esta mañana. Con las discusiones en curso, fue un comentario de Rishi Sunak en las preguntas del primer ministro de ayer lo que llamó la atención, dando a entender que podría estar buscando un cambio en el tratado como parte de cualquier acuerdo. Dado que los negociadores de la UE ya habían indicado anteriormente que no estaban dispuestos a ceder en este punto, esto implica que cualquier acuerdo puede ser más difícil de alcanzar de lo que se pensaba en un principio, cuando se esperaba que se pudiera llegar a un compromiso esta semana. En ausencia de cualquier impulso a la economía del Reino Unido a partir de una mejor relación comercial con la UE, los mercados tendrán que contentarse con seguir digiriendo las fuertes lecturas del PMI del martes. En la sesión de ayer, la libra perdió gran parte de su rebote inicial, cayendo alrededor de medio punto porcentual frente al dólar y al euro, después de haber subido inicialmente por la sorpresa alcista. Hoy los mercados podrán ver la primera reacción del Banco de Inglaterra a las noticias, con la intervención de Catherine Mann, miembro externo del Comité de Política Monetaria, en la Resolution Foundation. Considerada habitualmente como el miembro más duro del Comité de Política Monetaria, no será ninguna sorpresa si Mann sigue señalando la necesidad de un mayor endurecimiento monetario. Lo que es más importante, los analistas buscarán una señal sobre el énfasis que el Banco pone en los fuertes PMI, y hasta qué punto interpretan un único dato blando como una guía para la trayectoria de la política monetaria hasta 2023.
Continúa la racha alcista del peso mexicano con un rally de 1% que vimos en la tarde de ayer, unido a nuevos máximos históricos alcanzados hoy con la apertura de los mercados europeos. Todo esto apoya que mantenga su posición como divisa mejor posicionada en este momento en Latinoamérica gracias a unos fundamentales económicos favorables y la ausencia de incertidumbre política que sí está pesando sobre otros socios regionales. Hoy los ojos estarán puestos en la publicación de los datos de inflación quincenales de la primera mitad de febrero que se publicarán hoy y que serán clave de cara a la futura postura de Banxico, sobre todo la lectura de la inflación subyacente que es la principal preocupación del Banco actualmente, y que así esperamos que confirme la publicación de las actas de la sorpresivamente agresiva reunión del pasado 9 de febrero. Por su parte, el mercado del BRL reabrió ayer tras permanecer cerrado desde el viernes por la celebración del Carnaval. Si bien la apertura inmediata vino marcada por una pérdida de un 0,66% del real, a medida que mejoró el sentimiento del mercado, el BRL recuperó las fuertes pérdidas y cerró ligeramente al alza, aunque creemos que, dados los últimos acontecimientos de tinte político, y hasta que no se conozca más información al respecto, el BRL cotizará en un rango limitado.