Análisis y Opinión

Tamames y el ‘pliego de cargos’ contra un gobierno de aficionados

El prestigioso economista Ramón Tamames.

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

Alfonso Merlos | Domingo 26 de febrero de 2023
Naturalmente que cualquier partido político y grupo parlamentario está legitimado para oponerse a la presentación de una moción de censura cuando ésta, como herramienta fundamental e instrumental para el cambio de un poder ejecutivo, no tiene apenas -incluso ninguna- posibilidad de prosperar. Cosa distinta es que se caiga en la descalificación fácil, inmotivada, caprichosa, a todas luces injustificada. No sólo por los fundamentos con los que se construye para el ataque sino por la propia persona -el perfil, experiencia y trayectoria profesional- que encabeza el pretendido relevo.

Que Ramón Tamames eleve la voz en clave de denuncia y haciéndose eco de un clamor de decenas de millones de españoles es, más que una oportunidad, una necesidad. Probablemente por el pilla-pilla partidista y el estrés parlamentario (no hablemos ya de intereses mediáticos obsoletos, caducos) hoy no se vea con la suficiente nitidez. Pero el tiempo aclarará su formidable pertinencia.

Jamás en nuestra historia democrática, España, por culpa de sus políticos y particularmente de su gobierno, estuvo tan mal. Y de ahí que se plantee casi como inevitable (por encima del tacticismo y de la cobardía de una parte del centro-derecha) la elaboración y exposición de un ‘pliego de cargos’ contra Sánchez y su pandilla gubernativa: porque no pasan de ser eso determinados individuos que le sustentan, más allá de que okupen ministerios o despachos similares.

Un pliego de cargos no es sino eso: un documento, a modo de expediente disciplinario, en el que se exponen las infracciones cometidas por un funcionario y se le comunican para que pueda defenderse; y se formula cuando hay más que indicios que comprometen la responsabilidad de aquel a quien se investiga y señala, y al que se le apremia para que responda por sus fechorías: pocas figuras más propicias hoy para representar el discurso que Ramón Tamames enarbolará contra el presidente y la tropa que parasita hoy lo más alto de las instituciones, dañando los intereses generales de los ciudadanos y actuando totalmente de espaldas a los de España.

Allá el PP con su tibieza. Allá socialistas y comunistas con su sectarismo. No. Ni la moción de censura, tal y como está planteada, son dos tardes para entretener a los españoles en clave de show; ni tampoco es una simple ocasión para confrontar los modelos para el país de progresistas y carcas.

Es un momento de oro para dejar huella y rúbrica en la Historia, muy por el contrario, de que quienes están hundiendo a una nación entera y destrozando a sus familias tienen nombres y apellidos; y para certificar que muchos de quienes están perpetrando tanto desmán en tan poco tiempo (y que tendrán ocasión de responder desde la tribuna a Ramón Tamames) no tendrían peso ni categoría para llegar a botones de ningún Parlamento de Occidente; probablemente ni para pisarlo.

La sabiduría de la vejez está en horas bajas ante la escalada de las peores modas y de los peor preparados en la sociedad para promulgarlas. Pura toxicidad. Puros escombros. Ramón Tamames va a poner, en fin, de forma rotunda y ante el espejo a un gobierno que por el bien de todos debería tener las horas contadas, por estar formado no por una acumulación deslavazada de mediocres sino, mucho peor, de aficionados.