Todo este esfuerzo se ha visto recompensado con la cantidad de libertades que poseen hoy día y que alberga su Carta Magna y sus leyes; dentro de Asia es uno de los países más occidentalizados y avanzados aunque pervive lo asiático en cada rincón de sus enormes ciudades, donde podemos decir que éste país es el único de toda Asia capaz de aglutinar en tan solo 36.197 km² la esencia de lo asiático, albergando sus templos y sus mercados callejeros repletos de gente buscando el mejor producto. Caminar por Taipéi es como viajar al Paseo de la Castellana de Madrid o la Quinta Avenida de Nueva York, te transmite familiaridad y seguridad aunque te encuentres a más de diez mil kilómetros de tu casa.
Esta lejanía en numerosas ocasiones puede provocar desconcierto e inseguridad, pero hay que tener presente que en 2020 se realizó una encuesta sobre el índice de criminalidad en Taiwán y el mismo es sorprendente, ya que según estos datos publicados recientemente por el Gobierno, la República de China es el segundo país más seguro del mundo, después del Estado de Catar, esto quiere decir que el índice de criminalidad por lo tanto es más alto en la mayor parte de los países europeos que en Taiwán.
La democracia y la garantía de libertades, pilares constitucionales fundamentales están presentes en la sociedad taiwanesa, y todas estas libertades han hecho posible además del avance en seguridad y modo de vida, el crecimiento económico y comercial del país, llegando a ser en el año 2021 según la Organización Mundial del Comercio (OMC) el decimoquinto mayor exportador del mundo, así como el decimoctavo importador de materias, llegando Taiwán a ocupar una importante posición en la economía mundial. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Se verá reforzado su mercado tras la guerra de Ucrania? ¿Dejará el mercado chino en un segundo lugar?
Esto supone un estudio intenso y profundo pero a grandes rasgos podemos decir que la guerra en Ucrania fortalecerá indirectamente la economía y el poder de influencia que tiene Taiwán en el paradigma internacional, habiendo sido ya uno de los “cuatro tigres asiáticos”. Con esta guerra se están debilitando las potencias orientales que hasta la fecha han sido Rusia y China, pertenecientes ambos al antiguo bloque comunista durante la Guerra Fría. Ésta última, China, se ha venido desmarcando de las decisiones rusas en los últimos meses pero el pasado les une y el futuro les sigue manteniendo juntos, por lo que la potencia oriental verá perjudicado su mercado en los próximos años y por tanto reforzado el taiwanés.
El mercado internacional optará por un comercio limpio y alejado de siniestralidad y guerra, ya que China ha venido colaborando con Rusia y han tenido un lazo muy estrecho entre ellos durante estas últimas décadas y el último medio siglo. Ahora China parece que se desmarca de Rusia pero esta guerra le afecta, influye en que Occidente preferirá invertir en un mercado democrático, sin posibilidad de financiar indirectamente ningún conflicto, y el único candidato a ello en Asia es Taiwán, junto con los ya crecientes y potenciales mercados de Corea del Sur y Japón, unos productores natos y unos fuertes motores económicos.
Occidente invertirá y apostará por un mercado claro y conocido como es el de Taiwán y no por un mercado como el chino, que por muy desarrollado y productor que sea, sería arriesgarse a financiar una posible y latente invasión de la Isla de Formosa, como han venido advirtiendo distintos líderes del partido comunista chino durante los últimos meses. Además el mercado taiwanés ya es conocido por Occidente debido a las relaciones comerciales que mantiene con estos países, principalmente con Estados Unidos y la gran parte de la comunidad europea.
Taiwán además es un país por el que muchos países apuestan a nivel económico, a nivel de inversión y materias primas y en donde muchas de las marcas internacionales se han desarrollado implantando su modelo de mercado; es un país que casa muy bien con este tipo de principios de libre mercado, y todo ello por las garantías constitucionales y la iniciativa de un país emergente, el cual ya hace unas décadas fue considerado uno de los cuatro grandes Tigres Asiáticos, una de las grandes economías asiáticas y la democracia más próspera de este continente.
Todo ello fortalece el turismo, pilar fundamental en la economía taiwanesa, el cual ha venido creciendo desde el final de la pandemia debido a la retirada escalonada de las exitosas medidas sanitarias que han sido aplaudidas en todo el mundo y hoy hacen posible que sea una ciudad segura y el turista pueda disfrutar de su encanto, porque Taiwán a diferencia de otros países asiáticos ha sabido mantener su cultura, sus tradiciones y el respeto a su pasado y esto es un ingrediente más de la belleza que ostenta este país y un ingrediente clave que define su visión ante el mundo.
En conclusión, Taiwán es un país que se ha equiparado a muchos otros en materia de derechos, democracia, economía y calidad de vida, logrando crecer a niveles vertiginosos y que este posible vuelco de mercado al que podemos llamar “el cambio del estrecho” puede suponer al fin el reconocimiento de la República de China en el paradigma internacional y lograr al fin su butaca en Naciones Unidas.