Exterior

El desarrollo espiritual del individuo, prioridad en la Constitución de Uzbekistán

PLANTEAMIENTO CONSTITUCIONAL NOVEDOSO

· Los actuales tiempos turbulentos en la comunidad mundial se caracterizan no sólo por la inestabilidad económica, sino también por una crisis espiritual

Redacción | Miércoles 15 de marzo de 2023
Se manifiesta en el hecho de que el conjunto de valores inherentes a la conciencia de las masas, incluida la de los niños y los jóvenes, es en muchos aspectos destructivo y perjudicial para el desarrollo personal, familiar y estatal. En la nueva etapa de reformas de Uzbekistán se da prioridad no sólo a la solución de los problemas políticos, económicos y sociales, sino también, y sobre todo, a los problemas relacionados con la educación del individuo y la formación de sus cualidades morales.

La cuestión de la educación espiritual y moral no es en absoluto sencilla; requiere que cada individuo, cada familia, la sociedad y el Estado le dediquen una atención seria y un trabajo continuo.

En Uzbekistán se ha producido durante siglos un mestizaje global de culturas. Los pueblos nómadas han coexistido con los sedentarios, los persas con los turcos, los musulmanes con los cristianos y los judíos. Todo ello ha creado un mosaico en la composición étnica de la región y de ahí la tolerancia étnica, cultural y religiosa de nuestro pueblo.

El patrimonio cultural de Uzbekistán acumula los lazos sociales y culturales, las experiencias vitales y los logros milenarios de nuestro pueblo en la ciencia, el arte y la manufactura. Contiene la moral, los derechos, las costumbres y tradiciones, la literatura y el arte, y las lecciones de la historia. Las reformas llevadas a cabo en Uzbekistán han abierto poderosos estratos de la cultura espiritual, cambiando la psicología del pueblo en la dirección del patriotismo, el orgullo nacional y la apertura al mundo.

Desde la antigüedad, criterios como el respeto de los jóvenes por su país, el amor a la patria y la lealtad a la patria han estado en el punto de mira de eruditos y pensadores. No se puede pasar por alto la gran importancia que tienen en la educación de las nuevas generaciones las raíces históricas y el rico patrimonio intelectual que dejaron los grandes pensadores orientales Abu Rayhan Beruni, Abu Nasr Farabi, Abu Ali Ibn Sina, Imam al-Bujari, Mirzo Ulugbek, Alisher Navoi, Zahiriddin Muhammad Babur y otros.

La construcción de un nuevo Uzbekistán es la continuación del desarrollo nacional en una nueva etapa, con un estudio aún más profundo de su propia historia antigua y su patrimonio cultural único.

Se depositan grandes esperanzas en la juventud, fuerza decisiva y creativa a la que pertenece el futuro del país. En el país se crean las condiciones necesarias para que la juventud desarrolle su potencial, y sus problemas se resuelven en la política estatal.

En los últimos años se han aprobado unos 80 instrumentos legislativos y normativos, entre ellos la Ley Estatal de Política de Juventud de 14 de septiembre de 2016. A propuesta del presidente Shavkat Mirziyoyev, el 30 de junio ha sido declarado Día de la Juventud.

Por iniciativa del presidente de Estado uzbeko, se ha introducido un nuevo sistema de apoyo y empleo para jóvenes desempleados de ambos sexos. A partir de 2020, se ha introducido un sistema de microcréditos para el espíritu empresarial de los jóvenes y se ha instaurado la práctica de conceder préstamos a los jóvenes sin aval para que pongan en marcha sus propias empresas.

En Uzbekistán está en marcha la reforma de todos los niveles educativos, desde la enseñanza preescolar hasta la superior. Los principios espirituales y morales deben inculcarse a los niños desde la edad preescolar para que se conviertan en la base de una personalidad creativa, pensante y creadora.

Todo lo anterior no significa que no haya problemas. Hay problemas y hay que resolverlos. Los procesos de globalización y tecnologización están distorsionando cada vez más la conciencia humana, sustituyendo la tradicional psicología moral de la percepción reflexiva por la psicología del consumidor. Por eso, en las condiciones de la reforma constitucional en curso, parece importante consagrar en la Constitución la norma de que el Estado y la sociedad se preocupan por la formación del compromiso de los niños y los jóvenes con los valores humanos nacionales y universales, el orgullo por el rico patrimonio cultural y espiritual del pueblo, el sentido del patriotismo.