Análisis y Opinión

El ‘efecto Bukele’ y la verdad como acto revolucionario

Nayib Armando Bukele es el actual presidente de la República de El Salvador desde el 1 de junio de 2019.

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

Alfonso Merlos | Domingo 19 de marzo de 2023
Es innegable el impacto instantáneo y global de las imágenes del traslado por el presidente Bukele de 2.000 pandilleros más (principalmente pertenecientes a la Mara Salvatrucha y a Barrio 18) a la megacárcel de máxima seguridad en El Salvador. Para la extrema izquierda, esas secuencias merecen un reproche por su cariz fuera de cualquier consideración humanitaria. El sentido común invita, por el contrario, más allá de la crudeza indiscutible de las mismas, a aprobar que un mandatario, en un país dificilísimo de gobernar, de manera valiente y, por supuesto, jugándose su propia vida, haya puesto pie en pared para liquidar de una vez a criminales peligrosísimos que han vivido de la muerte y la destrucción, de la amenaza y la tortura, de la extorsión y el sadismo: del puro salvajismo.

Sorprende relativamente, por muy previsible, la posición de una fila de oenegés apelando al cumplimiento escrupuloso de los derechos de los presos, por si se pudiesen estar produciendo determinados abusos. Las conclusiones de esta guerra sin cuartel contra estos hijos de Satanás que tantas vidas se han llevado y se llevan todavía por delante (hasta hoy con casi entera impunidad) son, sin embargo, claras: 9 de cada 10 salvadoreños aprueban la gestión de Bukele, especialmente en este capítulo que está causando verdadera conmoción planetaria, y 7 de cada 10 entienden que es un hombre que cumple con su palabra, no como la mayoría absolutísima de los políticos de cualquier continente. Tan es así, que el protagonista de esta heroica historia ha anunciado que volverá a ser candidato a la presidencia en las elecciones de 2024.

El denominado Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en Tecoluca es la máxima expresión de la política de ‘ley y orden’, de la aplicación de la mano dura contra estructuras criminales que han arrasado sociedades enteras en América Latina y sembrado el pavor y el miedo entre la población.

Ha resultado ser un despertar que en la política moderna se hayan recuperado métodos perfectamente democráticos, eficaces, sin complejos, que parecían haber sido arrojados para siempre a un rincón de la Historia. Pero Bukele ha demostrado que, cuando se quiere, se puede; en otros términos, que las sociedades no sólo admiten sino que aplauden un sistema penal más estricto que para los pies a las malas bestias y los despojos que merecen malvivir entre muros de hormigón.

El gran Orwell sostenía que “en tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”. Bukele está demostrando que más revolucionario aún se convierte el gesto de ‘hacer esa verdad’, materializarla, obrarla, en tiempos de aborregamiento universal… que es posible revertir.