Y es que no engañaban a nadie, todo lo contrario. Si el gran agujero democrático de las elecciones del 19 es que Pedro Sánchez se comprometió en campaña a servir a una España dónde no cabían ni extrema izquierda, woke o comunista, ni mucho menos golpistas, ni terroristas de alta o baja intensidad, ni golpistas ni separatistas delincuentes, en estas recientes elecciones todo el mundo, por sintetizar, sabía perfectamente lo que haría, o sería capaz de hacer. La duda, si acaso sería respecto a Núñez Feijoo. No queremos decir que Pedro Sánchez no siga mintiendo e intentando engañar, que lo hará, sino que todo el mundo ya sabe que lo hará. Por lo tanto las elecciones han reflejado muy razonablemente la voluntad del electorado español con una base de información razonablemente cierta, y no más incompleta de lo habitual en las democracias liberales. También era muy general la percepción, más o menos intensa, en los electores, de que lo que se votaba era un modelo de España, no sólo de sociedad, sino de nación y de patria. Algunos lemas de campaña muy exitosos y transversales, haciendo referencia a una alimaña terrorista, indicaban claramente que el voto no iba por condiciones económicas en crisis, ni por COVID, ni por inseguridad, ni por la política europea o con Marruecos. Se decidía si la España configurada por el sanchopodemismoseparatista era aceptable, incluso deseable, o no. Y la respuesta ha sido muy clara: el 65% aproximadamente de los votantes ha apoyado la España occidua sanchista.
Una minoría de ese 65%, importante, porque quieren destruir España y su democracia y una gran masa crítica porque prefieren vivir así. La gente puede ignorar que la política económica puede preparar un oscuro futuro, hasta yo lo dudo, pero no ignora que España se declara plurinacional. Igual que sabe perfectamente que la igualdad ontológica ha muerto ya que habrá cada día más españoles de primera, de segunda, de tercera…En cuanto a la igualdad económica, sólo le preocupa en su región o en su pueblo, aunque sea a costa de la del pueblo de al lado. De solidaridad no hablamos, la tremenda opresión y amedrentamiento de millones de españoles en regiones gobernadas por separatismos racistas se les da una higa (“vergoña”). Si le parece bien que el Gobierno de España esté sometido a chantajes de ex terroristas sangrientos, ¿qué le va a importar que dependa también de un golpista prófugo de la justicia? Lo que nos recuerda que también han decidido vivir con la merma de libertades. Se pierden las que aseguraría un Estado de Derecho en funcionamiento y no el nuestro, y se van perdiendo las libertades de expresión, de cátedra, de movimiento y establecimiento, de estudiar en la lengua común de todos los españoles, de ser mujer, etc…. Todo eso lo viven, no lo ignoran, y les parece aceptable.
Y conviene saberlo y asumirlo cuando uno se dedica a la política. El problema es de sociedad, de estructuras, de civilización, de democracia, no de lucha partidista. Es más, dudamos que algunos muchos votos que han ido al Partido Popular no estén de acuerdo con el sistema desigualitario y desguazado, con algún retoque de matiz. ¿Cambiarían los problemas esenciales de España si “la derecha” pactara con el PNV o alcanzara 176 diputados? El PP es fundamentalmente caciquil. En cuanto a VOX, ni es el problema, ni la solución. Por ahora está en otra cosa más cosmogónica.
¿Qué pasa con los que creemos en una España, ya imposible tras las últimas elecciones, de ciudadanos, por encima de territorios administrativos, unidos, libres, iguales y solidarios? Pues que tenemos que aceptar que somos una minoría en vías de extinción. Un buen amigo, culto y gran persona, ingeniero naval, de izquierda de toda la vida, como yo, me dice que los que aspiramos, o aspirábamos, a esa España, no pasamos del 10%. Es de una extrema generosidad, tal vez el 1% sería más exacto. Sólo nos queda recluirnos en la aldea gala, o en Covadonga, y dejar testimonio de que luchamos y lucharemos hasta el final. Cómo el último mohicano…o como Sócrates o Cicerón, salvando las inmensas distancias. Pero España tiene y tendrá el Gobierno que merece una holgada mayoría.