“Ubicar en Barcelona el centro de diseño de chips ha provocado que se identifique a España como un ecosistema totalmente viable para cualquier proyecto, por ambicioso que sea”, ha señalado Vilamitjana. Además, “demuestra la alianza estratégica entre España y Estados Unidos”. En su apuesta por hacer de este centro uno de referencia en sostenibilidad, “los chips diseñados consumen un 96% menos de energía que el resto”.
Uno de los puntos de inflexión para la apuesta por este proyecto fue la crisis mundial de chips sufrida en los últimos años donde quedó patente la hiperdependencia del mundo del continente asiático en este sentido. “En Cisco vimos una oportunidad y es relativamente fácil competir a nivel de capital tecnológico y conocimiento”. Para que esta idea se llevara a cabo, había dos columnas fundamentales. Por un lado, “el talento, del que tenemos que estar orgullosos en este país”. Por el otro, el mencionado “ecosistema español, que a veces no tiene la visibilidad que se merece pero que tenemos que empezar a valorar”. Asimismo, “implantar una fábrica de fabricación de chips puede durar 5-10 años y una inversión de 10 mil millones de dólares, pero centrarnos en la fase de diseño suponía hacerlo más rápido y económico”.
Respecto al auge de la inteligencia artificial, “en el mundo académico hay mucha resistencia a la inteligencia artificial pero es necesario integrarla en los procesos de aprendizaje”, ha señalado Alberto Gómez Barahona, rector de la Universidad Isabel I, aliada de Next Educación.
Además, “los procesos educativos deben evolucionar, ya que la tecnología siempre va a depender del fin que le proporciones”.
En este sentido, Vilamitjana ha asegurado que “hasta la fecha, la inteligencia artificial no puede soñar”. En su opinión, se trata de “un salto cualitativo maravilloso donde trabajos repetitivos y que aportan poco valor puedan ser sustituidos para centrarnos en ser humanos que dan valor añadido”.