Así, se ha planteado, en un relato acrítico y tontorrón de vía única, que quienes conforman esa “generación de Leonor” son adolescentes -ya abandonando esa etapa- con una formación excelente, con unas perspectivas profesionales sensacionales, con un protagonismo indudable en un mundo cambiante y con un horizonte ciertamente fértil se mire por donde se mire. En definitiva, y dicho en términos coloquiales: llamados a comerse el mundo, destinados a arrasar.
La princesa Leonor (al margen de las opiniones marginales de comunistas obtusos y republicanos avinagrados) ha caído en gracia a la opinión pública y, en líneas generales, está gustando al pueblo español. Y aun así, uno se pregunta qué tendrá eso que ver para, en paralelo, tener que tapar que “la generación de Leonor”, esos adolescentes que dejan el bachiller para (en algunos casos) encaminarse a los estudios universitarios, es la que encabeza los rankings de abandono escolar y fracaso escolar, y es la que ha llevado esos desastrosos números rojos a cotas que no tenían precedentes en la historia de España (no digamos ya los niveles de desempleo juvenil).
Tampoco se sabe muy bien por qué se ha tapado que, de nuevo en líneas generales, y a diferencia de sus padres e incluso abuelos, los jóvenes de “la generación de Leonor” carecen de perspectivas de un trabajo estable y bien remunerado, como carecen igualmente de un horizonte en el que se atisbe la adquisición en propiedad de una vivienda habitual (no digamos ya de una segunda residencia).
No. Cualquier españolito de infantería que viva el día a día, que mire a su alrededor, se da cuenta, de una sola vez, de que el relato de los últimos días ha sido, sencillamente, un producto para el plato y paladar de papanatas de luces cortas o monárquicos anestesiados. Luego sería aconsejable que, no poniendo como sociedad los instrumentos para despejar los negros nubarrones que acechan a “la generación de Leonor”, al menos ni nos engañásemos como nación ni tomásemos por idiotas a los más jóvenes de quienes la conforman. ¿Qué es lo que ganamos?