Algunos de los secretos del éxito están a la vista: a la experiencia acumulada a lo largo de cuatro generaciones (es un modelo de cómo en la empresa familiar se pueden hacer las cosas bien y muy bien) se suman las innovaciones tecnológicas más recientes para conseguir que Productos Mata en general y el tomate frito en particular miren hacia un futuro prometedor, con un relevo generacional precisamente ya que va, con Antonio Mata, para la quinta sucesión (120 años de trabajo, nada más y nada menos).
La perseverancia, la entrega y la ambición han hecho que en los últimos años se hayan disparado las exportaciones de toda la gama de productos de la marca, al Este como al Oeste, al mercado asiático como al americano, con una incidencia formidable en Estados Unidos, donde el ‘tomate gourmet’ se ha abierto paso, mediante acuerdos con cadenas internacionales de supermercados y distribuidores, año tras año y temporada tras temporada.
El prestigio y la fama tiene detrás una razón de ser: unos protocolos de gestión empresarial modernos, nítidamente definidos, y personal muy cualificado y comprometido, conocedor de un sector, el de la alimentación, que a nivel mundial se encuentra en pleno auge.
Esa filosofía de trabajo, que emana del municipio de Alcaudete, se hace sentir en las cocinas de toda España y cautiva a hogares y cocineros norteamericanos, acaparando sin tregua más y más ventas. Es, como dicen en la casa, “la calidad total, la calidad extra”, nacida de los productos naturales y selectos… y de la sabia receta de la abuela que ayuda, y de qué manera en pleno siglo XXI, a vender ‘marca España’.